braulio01Debido a que el cierre de edición de este número de la revista se produce horas antes de conocer el resultado de las elecciones municipales y autonómicas de este mes de mayo en Valencia y en el resto de la Comunidad Valenciana, desconocemos la realidad del consiguiente escrutinio; por ello, y a pesar de las múltiples encuestas que hemos ido conociendo a lo largo de la campaña, nos resulta imposible hacernos una idea coherente de los resultados reales. Hemos de recordar lo que sucedía en Andalucía pocos meses atrás y lo que aconteció en Reino Unido, también hace pocas fechas. Las encuestas, por la razón que sea, no suelen reflejar los resultados finales, por lo tanto resulta imposible hacerse una composición de lugar.
Por ello, esa gran incógnita nos lleva a pensar que nuestro colectivo va a pasar por un momento "delicado" ante el hecho de no tener claro quien regirá la fiesta en los próximos cuatro años.
Tras conocer algunas ideas de representantes de las distintas formaciones políticas respecto a sus intenciones sobre la idoneidad de sus criterios al respecto, y también conocer lo expresado en coloquios por los que parece ser podrían ocupar el puesto que presidirá la fiesta, nos es francamente imposible adivinar su devenir.
Después de haber escuchado las opiniones en esos citados coloquios, difícil resulta tener las ideas claras para el futuro. No llego a entender la falta de concreción de esos candidatos respecto a algo tan importante como es nuestra fiesta. No llego a adivinar si esa falta de ideas de los implicados se debe a que nadie quiere desvelar sus cartas o al desconocimiento del funcionamiento del colectivo. Lo bien cierto es que, al margen de la ideología de cada uno de los candidatos, esa supuesta ignorancia podría acabar con la ilusión de esas otras personas que tanto esfuerzo realizan para mantener esa proyección hacia delante de la fiesta más importante de la ciudad.
Desconocemos los criterios de los candidatos de las diferentes poblaciones, donde la fiesta de las Fallas es una realidad, por ello no entramos en debate, aunque si los criterios marcados por el partido van en la misma dirección, volvemos a pensar que tenemos un problema.
Ni entro ni salgo en la ideología de cada uno de esos grupos políticos, tan sólo me preocupan las ideas respecto al colectivo fallero y el criterio al que podrían llevarnos en esta línea que tanto significa para la fiesta.
Suponiendo con coherencia, cada uno de esos grupos han debido de estudiar a fondo lo que significan las Fallas para la ciudad, su representatividad, su aportación económica, los puestos de trabajo que generan, los sectores implicados, etc. Todo ello nos llevan a una situación de privilegio que no se debe ignorar y por lo tanto debe tratarse como tal. No con supuestas ideas sin sentido crítico que nos lleven al enfrentamiento.
El posible cambio esta ahí. Ahora sólo falta conocer la realidad. En todo caso, que Dios nos coja confesados.