altLo de menos es el batacazo infringido al informe del ponente Manuel Sanchis-Guarner Cabanilles, lo más lamentable es que en las votaciones del Consell Valencià de Cultura obtuviera cinco votos a favor y tres abstenciones, contra los ocho que lo tumbaron.
El ponente, -descendiente directo del “Premi d’Honor de les Lletres Catalanes 1974”, como también lo fueron Joan Fuster 1975, Vicent Andrés Estellés 1978, Enric Valor 1987 y Joan Francesc Mira, 2004- es evidente que se ha documentado para elaborar el informe, que conoce el impacto social y económico que generan las fiestas, sólo que se equivoca en las cifras y manipula los contenidos a su antojo.
De nuevo pretenden encauzar la voluntad popular del pueblo por los caminos de sus tendencias, yugular las libertades con la que se desenvuelve la sociedad valenciana, incluso en los ya tan manidos tiempos del franquismo, y desvirtuar los sentimientos de quienes ponen su ilusión, empeño y sacrificios por causa tan altruista.

Foros
En el que se mantiene en el periódico Las Provincias, se vuelve a insistir sobre el tema de la ubicación en la tercera semana de marzo de la semana fallera.
Todas las opiniones son respetables, pero serían más fiables si fueran acompañadas de argumentos sólidos que justificaran las radicales posturas de los inmovilistas.
Nada mas por el hecho de contemplar las molestias que se evitarían a vecinos y ciudadanos no implicados, si la Ofrenda se celebrara en sábado y domingo y se quemaran las fallas en lunes adelantando el horario a las diez de la noche, valdría la pena pararse a pensar en lo conveniente del cambio.
Hay más factores a favor, como el disfrute de los que trabajan, comercios, músicos y visitantes, pero matizarlo sería insistir en lo ya publicado en ocasiones anteriores.
En cuanto a las críticas sobre la Federación de Hostelería, sepan que ya publicamos hace años también la favorable disposición del colectivo para colaborar con las fallas. ¿Alguien se ha movido?

Preselecciones
Ya están ahí de nuevo las preselecciones por sectores de las Cortes de Honor, volveremos a tener jurados presidencialistas con las correspondientes trifulcas, sin criterios previos mas allá de los personales o aquellos por referencias, por no decir influencias.
Se repetirán los mismos recelos para un sistema creado hace más de 25 años al que ya es hora de imprimir importantes cambios.
Los últimos retoques de aumentar el número por cantidad de comisiones participantes y el hecho de estar dos años censadas como mínimo, no hicieron más que dejar las cosas como estaban.
Así como el que por procedimiento se presenten las falleras mayores salientes, tampoco aporta más que cantidad y conceptos para la posterior decepción.
Volverán a quedarse fuera mujeres en sectores por exceso de candidatas válidas y en otros saldrán algunas por que no había más donde elegir.
Los sistemas numéricos no son precisamente los más justos, en un certamen que con el tiempo ha ido creciendo en interés y en el que se conjugan el centro de todas las miradas y la representación genuina en la fiesta de la mujer fallera.