altYa tenemos la solución ante la desesperada crisis. Esta ya viene en camino. Reduzcamos los gastos que recaen sobre los trabajadores, primero fueron sus cestas navideñas, algo que recibieron de buen agrado, entendiendo rápidamente la situación… Luego llegó la cabalgata de Reyes, los pequeños seguro que con su inmensa sonrisa, comprendieron de inmediato la difícil situación por la que atraviesa el país. Ahora llega el momento de la falla. ¡¡¡Si son para quemar!!!. Los falleros igualmente ya han salido a la calle aplaudiendo el ingenioso acuerdo.
A grandes males, grandes remedios. Las deudas se pagan, y quienes hace poco menos de un año hinchaban pecho ofreciendo a su hijo predilecto un homenaje  en el 60 aniversario de nombramiento como tal, ahora eliminan su legado de un plumazo para poder compensar el debe y el haber.
Solemnidad, pero con austeridad. El déficit que han producido las fallas con sus despendios, contrataciones de artistas, artesanos carroceros, y demás, hay que compensarlo de forma inmediata y radical, son gastos que se pueden evitar. Lástima no haber pensado esto mismo antes de gastar en otras partidas que han llevado al parecer a ciertas administraciones públicas a un estado más que lamentable.
Pero bueno, una vez más que sean los falleros los que paguen las consecuencias. Esa maldita estirpe de gente alocada, y que cada año tienen la puñetera manía de generar millones y millones de euros en una economía de la que acaban disfrutando todos. Generando puestos de trabajo, gastos en diversos sectores, en conjunto, incentivando la economía. A esa gente hay que controlarla. Casi me da por pensar que exclusivamente por culpa de ellos hemos llegado a esta situación. Malditos derrochadores. Aplaudamos esta iniciativa, que cunda el ejemplo, y que se controlen de forma inmediata todos aquellos gastos que puedan producir ingresos.
Y ahora, díganme si quieren demagogo. Lo agradeceré profundamente, viniendo de ustedes, paladines de semejante arte, será un alago.