altY cuando esto ocurre suelta un excremento y te puede dejar el traje nuevo para uniforme de encofrador de oficio.
Tampoco el equinoccio solar era propicio y tal vez por ello el presidente del Gremio de Artistas Falleros, José Latorre Lleó, en su discurso del primero de mayo, cerraba el acto festivo con un alegato dirigido a la Federación de Fallas de la Sección Especial, a título de reproche, por aquello de la rueda de prensa en la que se anunciaba el recorte de presupuestos para las Fallas de 2011, manera de borrajear, que a horas del discurso ya había quedado extinguido.
En cualquier caso y en opinión de un servidor y parte de los clientes potenciales del Gremio, no nos merecemos reprimenda alguna ni por el fallido recorte, ni por cuantas decisiones reflexivas pudiéramos dirimir respecto de nuestras posibilidades económicas.
También las comisiones de las demás categorías hicieron lo propio y lo siguen haciendo, incluso las fallas municipales.
Sabido es que desde algunas décadas antes del nacimiento de la Asociación de Artistas Falleros y más tarde con la concesión de premios -desde marzo de 1895-, las comisiones falleras que apostaron fuerte por el monumento adquirieron las máximas categorías en el escalafón y a día de hoy por su afán de competir, siempre hicieron el máximo esfuerzo dejándose el capítulo más importante de sus recaudaciones en favor del monumento y como consecuencia de los artistas y su industria complementaria.
Se equivocó el Sr. Latorre en sus alusiones precisamente a quienes se dejan más de lo que pueden en fomentar las fallas al máximo nivel, dan nombre y prestigio a sus agremiados y se conforman en ocasiones con los resultados de los proyectos marrados por sus profesionales.
Tuve la impresión ese mismo día que no se dio cuenta por otra parte de su contribución, recompensando actitudes pro fallas de recortables, de las de “artista, la comisión”, que elogian a comisiones falleras que ni siquiera entran en concurso como la de Arrancapins y que no son éstas precisamente las que aportan mayores dividendos al Gremio.
La paradoja es como para seguir la regla, crear asociaciones y vivir de las subvenciones institucionales, recoger beneplácitos y reírse de los “intolerantes, cavernícolas e ignorantes”, entre otras finezas dedicadas a los falleros, según múltiples publicaciones que guardo por si llegara el caso.
Hacía mucho tiempo que no le daba importancia ni cobertura a estas causas, dándolas por superadas y de hecho no voy a insistir pese a la decepción.
La independencia de las comisiones falleras y sus decisiones, está por encima de recompensas, insignias, placas y reclamos, hay tantos ya que por su cuantía pierden importancia por sí solos, pero quedémonos al menos con los reconocimientos y démosle a cada cual lo que por su peso se ganaron y siguen en su empeño día a día con insistencia.
Considerando al Gremio de Artistas Falleros como una institución modélica, histórica y respetable, capaz de haber creado en su entorno grandes maestros y artesanos, no deben olvidar la reciprocidad que se merecen quienes aportan la esencia que justifican sus valores y en esto las comisiones falleras tenemos mucho que decir.
La intervención del presidente es como para recapacitar, éramos muy escasos los falleros de a pie presentes en el acto y dudo que alguien más interpretara su mensaje.
En cuanto a las recompensas, son muy libres de administrar el reparto a su antojo, creo que con los años la indiferencia de los falleros ha quedado demostrada.