altYa se veía venir. Tantos recortes de uno y otro lado, lo lógico es que también llegaran a la fiesta. Y llegaron. Un 10% es mucho recorte y sobre todo si afecta a monumentos, luces y Junta Central Fallera, lo que supone un varapalo importante para el colectivo.
Félix Crespo ha sido el portavoz del consistorio para comunicar semejante bajada y esto ha tenido que doler en una persona que es partidario cien por cien del monumento, pero las circunstancias mandan y las órdenes hay que acatarlas. Lo que ocurre es que ha llegado un poco tarde, de hecho hay mucha gente que pensaba que ocurriría como en Alicante, donde las subvenciones no se han modificado a pesar del recorte que se ha producido en todos los sectores, y donde hasta los concejales han visto como se les retiraban los coches oficiales. Y creo que es de buen criterio mantenerlas porque es obvio que tanto fallas como hogueras son un revulsivo importante para la promoción de la ciudad y por ende para las arcas municipales.
Si echamos mano a los resultados del estudio económico sobre la fiesta de las Fallas, podemos ver las cifras astronómicas que se manejan y lo que ello supone para esas arcas menguadas del consistorio. Por ello, consideramos que no deberíamos matar a la gallina de los huevos de oro. Somos conscientes del esfuerzo que ello supondría para la administración pública, pero, en este caso, es recuperable, porque si la fiesta decae, si los monumentos que plantamos son verdaderas nimiedades, la afluencia de turismo bajará sensiblemente. Y eso no es bueno. Por otra parte, con la falta de ese apoyo que ahora se evapora, muchas comisiones van a dar un recorte importante a los presupuestos de sus artistas, porque el monumento es la partida más asequible para esas comisiones que pasan de primeros palitos. Ninguna comisión va dejar de hacer fiesta para conseguir un censo adecuado, por lo que el destino del recorte lo tienen claro.
Pero este retraso en anunciar la disminución de las subvenciones va a causar problemas en determinadas comisiones que ya tenían contratado el artista para este ejercicio y ahora no tendrán más remedio de negociar de nuevo, y ello implica a casi todas ellas, ya que con el recorte efectuados en la división de honor, según ellos, la gran mayoría está dentro del presupuesto de la falla del Ayuntamiento, y por lo tanto ese 10 % que ahora se volatiliza, habrá que buscarlo en otra parte, o, lo dicho, bajar la cifra acordada al artista y por lo tanto, menos monumento.
Puestos a recortar, debido a esta puñetera crisis, lo lógico hubiera sido que éste se hubiera hecho sobre todo lo demás que no sea monumento. El fallero hubiera visto con buenos ojos, digo yo, la reducción en subvenciones de luces, etc., pero nunca en lo fundamental de la fiesta.  
Si como alude el presidente Crespo esto tiene posibilidad de modificación hasta el mes de septiembre, nuestra recomendación para que se estudie con detalle y se practique lo más adecuado, pero que no toquen el 25 % del monumento.
10.000 euros menos en los de 100.000; 8.000 en los de 80.000, 5.000 en los de 50.000 o 2.500 en los de 25.000 es una cifra importante con la que no van a contar las comisiones, ello supone unos cuantos ninots menos o unos metros más bajita. Al final llegaremos a que los monumentos plantados interesantes a visitar se van a reducir a tres categorías y el público pasará olímpicamente del resto, con lo que tan sólo se visitarán 30 ó 40 fallas, de las cuales el 60 % estarán reducidas a su mínima expresión.
Hasta septiembre hay tiempo para la reflexión y desde aquí invitamos a los responsables municipales que manejan estos presupuestos a que hagan un esfuerzo, y que traten de salvar la esencia de la fiesta intentando no tocar ese 25% que en los últimos años ha hecho que las comisiones apostaran por el monumento y Valencia se llenara de un sinfín de pequeñas obras de arte que venían a complementar los grandes monumentos de las secciones superiores. No es de recibo que en tan sólo dos años pasemos de la opulencia a la miseria.