altEn esta ocasión el efecto consecuencia de la supuesta causa ha sido atronador, dañino y desproporcionado por sus consecuencias, tras haberse difundido a todo meter las deserciones de las falleras que no quisieron ser reinas por un año, según unas referencias inconcretas, fuentes confusas y sin ningún rigor informativo.
Lo peor es que de rebote les cayó el jarro de agua caliente a las elegidas que lo fueron -según lo publicado- ya que textualmente “a nadie se le escapa que ha habido jóvenes que, en caso de no haber renunciado, habrían sido las elegidas”.
Toma ya. Pura ética del sin consuelo, cuestionable la cosa. Y es que a veces influencias de basuras televisivas llevadas a la fiesta no casan.
Desmentidos inmediatos, todas a firmar y sigue la comedia. Miren señores, si esto no cambia las vamos a tener peores, la sociedad valenciana se merece algo serio, creíble y participativo, con lo que hay la Fallera Mayor de Valencia nunca podrá representar a la mujer valenciana, solo a la mujer fallera.
Será muy democrático pero que conste que en la colectividad muchas no se presentan, porque no se suben a una pasarela para que las elija o no, según quien.
Venimos denunciando de años las precariedades del sistema, sectores con carencias y otros donde por exceso se quedan fuera verdaderas candidatas.
Así que prepárense para los renuncios que ya se ha disparado el tiro de salida y se presentan nuevas emulsiones, ya lo apuntamos hace tres años que algún día podrían ser las trece.
Que las fallas conllevan una densa carga de protagonismo no es nada nuevo, si no nadie entendería la codicia con que se prodigan quienes aspiran a ser jurados, jurados de sector, de preselecciones y de falleras mayores.
El interés con que se acoge todo lo relacionado con la comitiva oficialista femenina, alcanza las cotas mediáticas del grado mas acentuado que nunca nadie pensó que llegarían a contener, de ahí que cada vez haya que tomarse con mucha más cautela todo lo que se relaciona con el entorno, sean publicaciones, agendas y cuanto de prosaico pudiera salpicar al buen nombre de la fiesta.
El impacto a escala informativa que pudimos comprobar tuvo este año las llamadas de la alcaldesa no se conocía en la historia del acto, hasta el punto de abrir numerosos informativos en las cadenas de radio y televisión del país.
Por fin el interés de la fiesta está llegando donde tanto y tantas veces añoramos, no lo vayamos a estropear con cantos de sirenas que los navegantes están al acecho como se ha podido demostrar.
Sin embargo prensa y radio locales que siempre tuvieron sus espacios monográficos para las fallas durante muchos años… ahora lo justo.