altY que me disculpen los artistas falleros, pirotécnicos, floristas y el resto de los que suministran a las comisiones falleras cuanto se necesita para cuajar los agasajos a los que nos remitimos, porque la estocada en el recorte de las subvenciones nos va a dejar tocados, eso sí, pero no para el arrastre.
Al final abonarán el 21% para las fallas y un 20% a los iluminadores, por si las mermas propias de nuestros bolsillos y de los que nos secundan, no nos hubieran violado las cuentas por segundo año consecutivo.
No es necesario insistir sobre quiénes sufrirán los rebotes del entuerto y eso que nos ha caído con los presupuestos cerrados, pero según nos vaya la feria, tapiado el ejercicio, sin duda el próximo será el que recoja los resultados.
Arreglo a bases -como decían los antiguos patronos- será más o menos notorio, porque la incidencia afectará en cuantía a quienes más invierten, es por ello que las menguas
repercutirán por inducción en las partidas señaladas.

Ahora también los casales
Con lo tranquilas que vivíamos las comisiones falleras -las que no molestamos a nadie, que somos casi todas- sin
normas ni horarios excepto en las fechas festivas concretas.
Registramos 833 comisiones censadas en la Comunidad y las quejas que se observan por molestias vecinales son ínfimas en relación con el global, contando incluso con algunas intolerancias sólo justificadas por enfrentamientos personales al margen del colectivo.
Esperemos que las nuevas disposiciones hagan que nos quedemos como estábamos y si cabe, como dice el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, gozando del amparo legal que hasta ahora carecíamos, siempre y cuando esta legalidad no revierta en beneficio de los intransigentes.
Servidor se resiste a interpretar que un local cerrado, al que no se puede acceder sin llamar a la puerta, tenga que ajustarse a un horario de cierre.
En cualquier caso el apartado C al que se refieren los locales de uso público, bien está que cumplan las exigencias propias de sus actividades. Los demás, A y B, son privados como también reconocen las tipologías, por lo que los casales no deberían llamarse “Sedes Festeras Tradicionales” como se pretende.
Punto y aparte, solo faltaba un ínclito. C. Cerveró / L.S. (Las Provincias 06.11.10, página 15) publicaban a toda página y en titulares “Sueca regula antes que Valencia los horarios y actos de los casales falleros”.
En la carrera hacia la gloria de los tempraneros, más adelante se apunta que el alcalde de la capital de la Ribera Baixa, Sueca, Juan Baldoví, “iba a adecuar el funcionamiento de estos locales. El Consistorio modificará la ordenanza aunque se desconoce la fecha en que se pondrá en marcha”.  
Total, que el farol que se marcan está todavía en “bajoqueta”, vamos, que no se han adelantado a nadie, cuando en las mismas columnas reconocen que en Valencia llevamos un año con el proyecto.
Lástima que lo de las capitalidades de lo que siempre fueron y son cabezas de partido no se corresponda con nuestras funciones informativas.