altPues sí, es el momento de dejar los problemas a un lado, coger la pandereta, unirse a la fiesta y si es posible entonar algún villancico o disfrazarse para festejar el fin de año. Tiempo tendremos de afrontar los problemas que se nos presentan a partir del 2 de enero o como mucho el 7, después de pasar Reyes.
No podemos ni debemos atormentarnos con la que se nos viene
encima en este 2011, sobre todo después de haber superado un 2010 tan borrascoso. Muchos hablan de que va a ser peor que el que acabamos de superar, otros dicen que empezaremos a ver la luz al final del túnel, pero después de escuchar los comentarios de nuestros dirigentes políticos, la cosa va para largo, como mínimo cinco años. Así pues, tomémoslo con paciencia y plantemos cara a la vida con lo mejor que sabemos hacer los
valencianos: la fiesta, nuestra fiesta.
Como podrán ver en este número de Actualidad Fallera, tenemos fallas de Especial y con mucha calidad, la precariedad económica que nos invade no ha hecho mella en los proyectos y a pesar de esas previsiones tan caóticas que se nos presentaban, el esfuerzo de artistas y comisiones nos ha llevado a conseguir unos monumentos muy dignos, pero no sólo en la Especial, ya que el resto de categorías, como la sección de plata, por ejemplo, demuestran que van a traernos muchísima calidad.
En la mesa redonda celebrada durante la presentación de maquetas de la Federación de Especial, los artistas se quejaban de las consecuencias de la crisis, pero la verdad es que muchos motivos no tienen para ello, porque si hacemos números, quitando unos pocos, se va a facturar más dinero que el pasado año. Y eso es como consecuencia de ese esfuerzo al que antes aludía.
Y es que los falleros somos así, a pesar de la bajada en las subvenciones poco se va a notar, porque el monumento va a seguir teniendo la calidad a la que se nos viene teniendo habituados, el único que va a salir ganando es el consistorio valenciano, que se va ahorrar un buen puñado de billetes por haberse declarado menos presupuesto y haber disminuido esos puntos en la subvención. Pero lo más curioso es que este año los presupuestos declarados, sobre todo en algunas de la Especial, van a ser presuntamente más bajos del coste real de la falla. Tiene guasa la cosa.
Lo bien cierto es que ni la crisis ni las subvenciones son capaces de hacer mella en la fiesta y eso sigue teniendo mucha tela. Una fiesta contributiva como son la Fallas debería estar mucho más apoyada por los entes oficiales, porque creamos empleo y riqueza, y si se siguieran las pautas normales pregonadas por nuestros mandatarios, habría que soltar un poco más el bolsillo en beneficio de esas creaciones de
empleo y esas aportaciones tan sustanciosas que el turismo proporciona en las fechas de nuestras fiestas josefinas.
Menos mal que se nos estimula con otros beneficios, aunque intangibles, que por fin han visto la luz y nos permiten tener una regulación a fin de defenderse contra los antifalleros inconformistas, que ya tendrán que razonar un poco más sus denuncias puesto que la ley  ampara a quien hace fiesta respetando horarios y circunstancias.
Uf, hasta me olvidé de que es Navidad y Año Nuevo y me metí en harina a pesar de que, como indico al principio, éstas son fechas de pandereta, zambomba, turrones y polvorones. Así pues, voy a centrarme en lo festivo, y en, ya que no nos tocó la lotería con ese número tan precioso que nos proporcionó Junta, esperar que los Reyes Magos no nos traigan carbón y que las Fallas del próximo mes de marzo sean lo más propicias y divertidas posibles con ausencia de accidentes e incidentes graves.
Quiero terminar con un sincero deseo, que no es otro que pasen o hayan pasado unas felices fiestas y que el año 2011 nos sea lo más leve posible.