julio-fontanSuenan los clarines, ha llegado el momento del cambio de tercio. Ocho años después de su alternativa en Junta Central Fallera, Félix Crespo recoge sus bártulos y sale del coso fallero para afrontar nuevos retos.
Apodado en sus inicios como “Cambiator” por sus proyectos de renovación, Crespo tendría el intercambio de trastos de las manos de un Alonso Grau ensalzado por el beneplácito popular gracias a las subvenciones falleras. Un éxito que pese a ser adjudicado plenamente a Grau, sería logrado en gran parte también por la torería y el esfuerzo personal de un subalterno de oro, un fallero de verdadero lujo tildado “la veu de l’Interagrupació”, Pepe Monforte Tudela.
La sombra de Grau parecía demasiado grande para superarla, pero Crespo, y a pesar de algunos inicios titubeantes, supo enlazar unas bellas gaoneras con chicuelinas cara al respetable, que le hicieron ganarse el afecto popular debido en gran parte a su trato afable y cercano. Evidenciando principalmente su valía personal, por encima incluso del cargo que representaba.
El concejal de Fiestas y Cultura Popular se encontraría a su llegada una plaza que no llegaba a “desencorsetarse” como el nuevo Reglamento Fallero que recientemente se había puesto en marcha. Una Ofrenda en la que la Fallera Mayor de Valencia desfilaba a las tres de la mañana, imposibilitando su presencia en la la Nit del Foc; o donde todavía resonaba en los burladeros falleros de los premios el desconcertante triunfo de “Natura Mare” sobre el “Sueño de una noche de verano”.
El nuevo presidente de JCF apostaría por la proyección exterior, por modernizar el ente fallero. Buscó nuevas ubicaciones para la Exposición del Ninot, la misa de San José, o los intercambios de fotografías. Establecería en el calendario actos como la Entrada de Bandas, la Cabalgata del Foc, o las galas de la Pirotecnia y Solidaridad, dejando testimonio de todo ello en la nueva publicación anual “Vivir las Fallas”.
Dos legislaturas después, la situación no ha cambiado mucho. Si su antecesor en la plaza dejó unas subvenciones como legado, el pasado año Crespo tuvo la necesidad de recortarlas. La Fallera Mayor de Valencia desfilaría el 18 de marzo nuevamente a las dos de la mañana, y tampoco llegaría a la Nit del Foc. La modernización de junta no acaba de despegar, y los premios y jurados del concurso de fallas siguen estando en boca de toda la cuadrilla fallera.
Félix Crespo cede los trastos en un momento de la lidia complicada. El morlaco está en los medios y va bien armado. Ante la estampa de un astado zaino donde los haya, un nuevo diestro, Francisco Lledó Aucejo, se ha enfundado el traje de luces para afrontar una faena importante y complicada. La experiencia como apoderado de diversas plazas le hacen merecedor de la lidia en una plaza de la máxima categoría como es la Valencia fallera, y ante esto, no queda más que espetar aquello de “maestro, suerte y al toro”.