julio-fontanNi grande, ni debate, ni leches. Pantomima a secas, y gracias. Una pena, pero esta es la realidad que entiendo de una Asamblea Extraordinaria, donde lo más extraordinario que aconteció fue ver con que pasividad aceptan resignados los presidentes de falla el paulatino sacrificio de la Falla.

La puesta en escena impecable. Una urna a los pies de la presidencia iluminaba el consistorio como ovejita lucera en verde pastura. El Concejal de Fiestas y Cultura Popular, entraba en el hemiciclo con sonrisa amable. Saludos desde la arena relajaban el ambiente. El hemiciclo, como en la grandes citas de diciembre, pero sin Falleras Mayores. Tras el preceptivo paseillo, se inició la lidia, pero aquí no hubo sorteo. El maestro escogió el primero del lote y sin tiempo de reacción se despachó el morlaco del IVA en apenas diez minutos. Lo citó por chicuelinas, un par de revoleras, y con media verónica cambiaría a la muleta. Naturales con la izquierda, aunque el derechazo fuera evidente. Molinete, manoletina y liquidado a la primera de estocada hasta la bola sin necesidad de mirar al tendido.

La plaza, fría como el hielo, no reaccionó ante la faena. "No nos han dicho que no, pero tampoco nos han dicho nada. Seguiremos haciendo las gestiones oportunas, y no puedo decir más información ya que no me han dicho nada" Silencio de resignación. Mutismo en el graderío, y evidencia del poder de convicción valenciano más allá del embalse de Contreras, y la nula reacción fallera ante semejante cornada de un renacido Islero de certeras astas fiscales.

Lo peor a mi entender de la faena sería comprobar lo pequeña e insignificante que es la "mejor fiesta del mundo" o el insignificante o nulo trabajo que se ha hecho de promoción hasta la fecha, dado que no ya a un señor de Tokio, no, a uno residente en Madrid, a una hora y media de la capital del Turia, y con estrecha vinculación con Santa Pola, nos sea tan difícil explicarle lo que son las fallas, y más si cabe cuando las ha vivido junto a nuestros máximos representantes políticos durante cinco años consecutivos...

Liquidado el primero del lote, el segundo de la tanda sería un monologo de pases tan insulsos como conocidos, sin más sentido que pasear al astado como de festival se tratase. Media hora de anodina faena donde la reiteración de lo dicho se salpicaba con la dualidad del cargo. Al recuerdo me llegaría imágenes Berlangianas. "Como Presidente de Junta Central Fallera que soy, no voy por libre, soy vuestro representante" En estos momentos la palabra se hizo carne, "me debo y defiendo a los falleros" Ganado al respetable, se desabrocharía el maestro metafóricamente hablando la camisa, se ajusto la taleguilla, y ofreciéndose a pecho descubierto clamó al tendido "queréis votar, ahí está la urna" Las miradas recalaron en ella. Los clarines sonaron, y con la muleta ya en la mano, se obró el milagro.

La convocatoria era tan clara como la solución al IVA. Informe y debate. En ella no hablaba nada de votación, más que algunos la reclamasen. Natural con la izquierda, y en rápido cambio de mano recordar que quizás algunos presidentes no hayan tenido tiempo de hablar con sus comisiones, por ello lo mejor es emplazar el plebiscito a la preceptiva consulta con sus representados. Los números nunca fallan, y el maestro sabía lo que hacía. Según la propia presidencia 272 serían las comisiones presentes. El 70% del censo aproximadamente. Con que apenas un centenar de presidentes se abstuvieran por los motivos alegados, el resultado público podría ser un empate técnico que dudosamente avalaría la tesis de que el colectivo fallero está unido al 100% en favor de la causa. Entonces llegaría una pregunta interesante principalmente por su velada contestación, ¿qué pasaría si la decisión se toma por decreto?. No aseguraré nunca lo que exactamente quiso decir el concejal, pero a mí me sonó como que el colectivo fallero tiene formas de contestar a una decisión unilateral. Lástima que no explicara más y así quizás poder aplicarlas a lo verdaderamente importante y obviado de la noche, la tradición de plantar falla que tanto valenciano de pro olvida entre las hojas del calendario.

La lidia se alargaba y desde la barrera ninguno echaba un capote al Presidente de Junta Central Fallera, que para quien no lo recuerde, es Concejal a su vez, o primeramente mejor dicho, del consistorio valenciano.

Después de varias peticiones de votación alegando incluso un posible ridículo en caso de no hacerlo, un humilde pero sincero torero, haría de muletilla para explicar que él se abstendría, ya que su voto sería personal al no estar consensuado con los más de 500 falleros a los que representaba esa noche. El maestro aprovechó el terreno, y a volapié estoqueo a un toro parado y sin fuerza. ¿Votos a favor de posponer la votación al día 25? Dos tercios de los presentes. Finiquitada la tarde y sin gastar los cuatro morlacos restantes del festival.

El próximo día 25, tres urnas flanquearan la presidencia, una para jurados a Fallera Mayor, otra para jurados a Fallera Mayor Infantil, y otra para, para, pararapapa, pararpachin....