julio2011Agencias, periódicos, emisoras de radio, televisión, portales de Internet, tanto a nivel local como nacional difundieron la buena nueva que adelantaba Actualidad Fallera el pasado miércoles 21 de noviembre, haciéndose eco de la absolución del ex presidente de la falla Azcárraga y de la propia comisión fallera de los hechos acontecido el pasado 16 de marzo de 2007.
Desde El País al ABC, pasando por El Economista, Levante, Las Provincias, La Razón, Tele 5, Antena 3, Canal Nou, Ràdio Nou, Cadena SER, Onda Cero, Cope, y un largo etcétera. Todos ellos entendieron la importancia de la noticia, y no sólo por los encausados, también por lo que suponía para un colectivo, el fallero, que al igual que otras entidades festivas de nuestra comunidad, se la jugaban literalmente con la decisión que pudiera tomar el magistrado-juez.
Todos o casi todos divulgaron la resolución judicial, y curiosamente, 24 horas después, la página web del organismo rector de las Fallas de Valencia, el ente que vela por los intereses de la fiesta, seguía obviando la que quizás haya sido la noticia más importante, por su relevancia presente y futura, del colectivo fallero en cinco años de calvario.
No debemos entonces extrañarnos que el propio encausado, el ex presidente de la comisión del Botánico, Antonio Badía, y en declaraciones realizadas en Ràdio Nou a la mañana siguiente, dejaba clara su impresión sobre el organismo fallero, “me he sentido solo por parte de Junta Central Fallera”. El veterano fallero se sinceraba desde una humildad manifiesta: “yo dependo como fallero de JCF y me han decepcionado”.
Podemos ver la vida desde muchos prismas, podemos interpretarlo como un mal asesoramiento, que también, pero la realidad es la que es, y el Ayuntamiento de Valencia se personó en la causa como acusación, una posición de la que se descabalgó en el último día del juicio “casualmente” al ser encausada la propia aseguradora municipal. No hay que ser muy inteligente ni doctorado en nada para comprender la situación, y poder negar la mayor cuando nos siguen vendiendo que las Fallas no están politizadas. Lo siento mucho pero yo no me lo creo. Será mi indocumentada opinión, pero mi verdad no sólo se basa en conjeturas, también hay hechos más que evidentes.
Hace apenas unos días quedó aprobado el presupuesto de Junta Central Fallera para el próximo año, un presupuesto escueto en explicaciones pero denso en contenidos. Tiempo habrá de analizarlo, pero el resultado es que los grupos políticos con representación municipal serían quienes cumplieron con la legalidad vigente validando el presupuesto presentado, y sin ni siquiera, consultado con los propios interesados.
¿En dónde quedó nuevamente la Asamblea de Presidentes? En donde siempre. En un lugar entre el cielo y la tierra, entre el folclorismo y la justificación, en definitiva, en tierra de nadie. Junta Central Fallera, organismo autónomo dependiente del Ayuntamiento de Valencia, representa “normativamente hablando” a quien representa, sea en materia de IVA, de calendario, de presupuesto, o en un juicio abierto contra el colectivo fallero.
Por todo ello, no nos rasguemos las vestiduras cuando escuchemos, como sucediera tiempo atrás en el propio hemiciclo, “que JCF ningunea a las fallas”.