braulio116El pasado 10 de septiembre daba comienzo el proceso derivado del accidente de pirotecnia ocurrido el 16 de marzo de 2007 en la demarcación de la falla Azcárraga-Fernando el Católico. Dicho proceso llevaba consigo la imputación de la comisión, la del ex presidente de la misma, Antonio Badía, así como la del pirotécnico, Fuegos Artificiales Quiles, que suministraba el material que explosionó en la furgoneta en la que era transportado.
A lo largo de estos cinco años hemos podido constatar los problemas y sufrimientos que esta comisión ha debido de soportar y en especial su presidente, ya que se enfrentaban a indemnizaciones millonarias y a la posible pérdida de su libertad. Lo que también es cierto es que el colectivo siempre estuvo a su lado apoyándole incondicionalmente.
Pero el proceso se inició y más de 450 personas han testificado en él, la mayoría vecinos perjudicados, así como una veintena de abogados para defender los derechos de la comisión, la pirotecnia, el Ayuntamiento y las compañías aseguradoras. Porque no hay que olvidar que en el accidente hubo 17 heridos, uno de ellos grave, y daños materiales importantes.
Desde la Fiscalía siempre se ha pedido la responsabilidad compartida entre presidente y pirotécnico, aunque a este último se le exoneraba, pidiendo penas de siete meses de prisión para Antonio Badía, al margen de las indemnizaciones millonarias a los afectados. Y es que según el Reglamento. “El Presidente es la máxima representación de la Comisión de Falla, siendo su competencia esencial la coordinación, supervisión y ejecución de las actividades propias que decida llevar a cabo una Comisión, siempre en estricto cumplimiento de lo dispuesto en el presente Reglamento Fallero y en el Reglamento de Régimen Interno de la Comisión”, pero también es cierto que en ningún momento se cometió irregularidad o imprudencia alguna que diera lugar a esa imputación.
Cinco largos años de incertidumbre para el presidente, la comisión y para el colectivo que dependía muy mucho de la resolución para el futuro de la fiesta. La figura del presidente corría peligro de extinción puesto que de ninguna forma puede compensar una responsabilidad tan grande por algo que para la mayoría es pura afición o entretenimiento.
Pero las cosas han salido bien, al margen de posibles recursos, la sentencia deja claro la legalidad de los pasos dados por la comisión. Una sentencia argumentada en seis puntos que dejan clara la inocencia de los encausados y que viene a liberar de un gran peso al colectivo fallero.
Cuando se leía esta sentencia, que decía “que debo
absolver y absuelvo a D. Bernardo Peris Domingo, y a D. Antonio Badia Meneses de los delitos de lesiones y daños por imprudencia grave de los de los que venía siendo acusados en el presente procedimiento, así como a las entidades aseguradoras (...) y a la comisión fallera Azcárraga-Fernando el Católico, como responsable civiles subsidiarios, declarando las costas causadas de oficio”, grande debió de ser la liberación de esta comisión y en especial la de Antonio Badía, que puede respirar tranquilo sin el peso de una responsabilidad y un futuro incierto que a lo largo de estos cinco años ha soportado sobre sus hombros, y tan sólo por presidir una comisión de falla en la que tiene depositado su cariño.