alejandro01De nuevo, un año más, llegó el mes de octubre, y con él, conocimos el nombre de las máximas representantes de nuestra fiesta, Carmen Sancho de Rosa y Claudia Villodre Gómez. Una señorita y una niña que pasaron del más absoluto anonimato a ser dos personas más que conocidas en nuestra fiesta y en nuestra ciudad.
Dos grandes falleras que tendrán la ardua labor de representar a nuestra fiesta en todos los lugares donde requiera su presencia. Dos personas que serán esperadas, admiradas, queridas, respetadas y quizá en algún momento criticadas. Pero lo que está claro es que su lugar se lo han ganado con creces, porque desde el primer momento tanto Carmen como Claudia han demostrado amar nuestra fiesta, ser falleras de casal, estar preocupadas, ser conscientes de todos los problemas que actualmente tiene nuestra fiesta, y ser una más, dentro de nuestro colectivo.
En toda elección de máximas representantes, ya sea en nuestra ciudad, como en cualquier ciudad fallera de nuestra tierra, o cualquier fiesta donde se elija a una representante, se realizan comentarios, opiniones, rumores, existen verdaderos especialistas que sin tener ni idea se atreven a poner en entredicho el proceso de elección.
Todo el mundo que está metido en el tema, esos días previos, recibe llamadas en las que se pueden escuchar argumentaciones como las siguientes: “pues seguro que sale esta señorita, ya que está muy relacionada” o “tengo claro que va a salir esta señorita porque la prima del hermano del tío de mi amigo, es súper amiga de un jurado” o “seguro que tal señorita es la elegida, ya que el presidente de su falla es íntimo de la hermana de un señor que manda mucho en Junta...” y así podríamos seguir… ¡Basta ya! Estos comentarios hacen mucho daño, más del que se imagina la propia persona que los menciona, pero no pasa nada, todo sigue igual.
Pero cuidado, que ni un periodista diga nada al respecto, porque como se le ocurra a algún profesional del medio hacer o mínimamente insinuar algo al respecto, ya somos malos, muy malos, “hacemos mal a la fiesta”, y para esto también solicito un ¡basta ya!
No hay frase que más pueda doler, que después de innumerables horas dedicadas a la fiesta, muchas más que nuestra jornada laboral, respetando en todo momento todas las decisiones que decida la misma, en ocasiones no estando de acuerdo obviamente, respetando y defendiendo en todo momento a las máximas representantes, de repente, cuando se lee o se escucha algo que no agrada, de repente hacemos mal a la fiesta. Sinceramente me parece muy injusto, pero bueno, tiempo al tiempo.
Que evidentemente nuestra profesión no pasa por el mejor momento, es una realidad. El intrusismo ha hecho que la calidad de nuestro trabajo se vea mermada hasta mínimos que nunca pensaba que iban a llegar cuando estaba estudiando la carrera en la Universidad. Pero así es, y de momento es la realidad que tenemos y debemos saber convivir con ella. Esperemos que el criterio de nuestros oyentes o lectores sepan diferenciar un trabajo de calidad del que no lo es.
Para acabar quiero felicitar de nuevo a nuestras máximas representantes, a Carmen y Claudia, y desearles un reinado fantástico, que lo disfruten al máximo y que representen a la fiesta lo mejor que puedan y sepan.