cendraThat’s the question! ¿Por qué demonios las comisiones a las cuales pertenecen los cargos de Junta Central Fallera obtienen “todos” los premios habidos y por haber, justamente cuando estos “miembros” ocupan cargos que designan jurados, y no antes?. The answer is blowing in the wind. 
 
Si es mossega… mor enverinada! Después de las Galas de la Cultura han llegado del ambiente teatral versiones prácticamente coincidentes sobre comentarios acerca de imposiciones y animadversión de algún componente de los jurados.  Este punyeter, no dudando en absoluto de sus fuentes, sólo puede pedir, que si esto ha sido así, estos jurados no vuelvan a tener, jamás, bajo su “¿criterio?” el esfuerzo de quienes trabajan por el teatro de fallas. Como diría un gran maestro: A la mierda!!!     
 
Jo no volia, però…! Formar parte de un jurado supone asumir el veredicto que finalmente emite. Lo contrario son enjuagues de “cobardes” indignos de juzgar nada. “Firmar” un veredicto que se sabe injusto es prevaricación. Si, esa monstruosidad tan de moda entre jueces y políticos que tanto nos repugna, ¿a todos?  
 
Vetlades de pràctiques ¿teatrals? Ya llevamos unos años que los concursos infantiles se vienen convirtiendo en una demostración de mala educación. Jaurías de “madres y padres” aulladores, gritan como posesos, no sólo al final de una actuación, sino en medio de la misma para demostrar ¿Qué? ¿Qué gritan más que los otros? Lo peor de todo es que cuando no gritan están enviando un mensaje de fracaso hacia sus pupilos. Vergonyós!   
 
Educació senyors, educació! Habría que llevar a clases de urbanidad y fair play a aquellos que educan a sus “infantiles” como auténticos “hooligans” que se dedican a gritar como energúmenos sus “logros”, para inmediatamente olvidarse de aplaudir a los “compañeros” que han trabajado tanto, o más, que ellos. Una cosa es enseñar a competir y otra bien distinta enseñar a odiar. Mal anem, molt mal…    
 
Quina llàstima! Desgraciadamente, y una vez más, las interesantes propuestas de debate de la ADEF en sus Converses de la Nau, se transformaron en una, no por repetida  nueva versión, de Alicia en el País de las Maravillas, donde se echaban a faltar puntos de vista controvertidos El dimoni, que ve el dimoni! 
 
Alguna cosa fa pudor a l’organització! Preocupantes síntomas de descomposición empiezan a acompañar algunos actos “oficiales” de fallas. Algunos de estos síntomas parecen venir de la creencia de que todo vale cuando llegas al final. Falso, no todo vale y menos los fallos de protocolo. L’últim que apague els llums! 
 
Mira el pardalet! Otra vez, de nuevo, por enésima vez, los objetivos de la “prensa”, alentados por nuestras autoridades, sólo apuntaron a las Falleras Mayores de Valencia en el acto de presentación del Libro de los 75 años de Junta Central Fallera. Todo un desprecio hacia quienes de verdad han hecho posible esos 75 años, e incluso hacia quienes han hecho posible el libro. Míra-les que guapes totes!

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