La liberación de horarios no impidió la tensión a la hora del cierre.

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Como cada año la hora marcada eran las 21.00 h., en ese momento se apagaban las luces y se procedía a solicitar el abandono de la exposición, al gran número de curiosos que cada año se acercan al recinto. La falta de algún que otro ninot importante hacía presagiar una demora de cortesía, habitual la mayoría de los año. A las 21.30 se procedía al cierre definitivo y la tensión volvía a respirarse. La plaza vacía y por fin la llegada esperada, una furgoneta blanca hacía su aparición, los responsables de la exposición sacaron los carros de transporte y a las 21.42 horas bajaba los ninots de las comisiones Sueca-Lit. Azorón y Paseo de la Alameda-Avda. de Francia, obra de Juan Carlos Moles, la exposición volvía a abrir sus puertas y el artesano entregaba su ninot....

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