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El Carlos Goñi más íntimo se mostró en el recital acústico de Revólver. Durante más de dos horas de concierto Goñi se vació, estableciendo una gran complicidad con los incondicionales que se citaron en los Jardines de Viveros.

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Desde los primeros acordes de “Es mejor caminar”, canción con la que comenzó la noche, el público cantó todas y cada una de las piezas. “Tu noche y la mía” o “El peligro” fueron calentando al auditorio hasta que llegó “Si es tan solo amor”, sin duda una de las mejores obras del rock español. Y del romanticismo se pasó a la protesta de “Odio”, aunque Goñi afirme que sus letras tienen mucho contenido pero no tienen mensaje porque no le gusta decirle a nadie lo que tiene que hacer.

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Entre explicaciones, comentarios y anécdotas contadas por el líder de este grupo valenciano la noche pasó por piezas como “Faro de Lisboa” o “El roce de tu piel”, muchas de ellas interpretadas por Goñi con armónica en boca y guitarra en mano. Un repertorio que calaba entre un público formado por gente de distintas generaciones fruto de la larga trayectoria de Revólver; incluso eran muchos los padres que llevaron a sus hijos para que disfrutaran de la tranquila velada roquera.

Pero la noche aún deparaba una sorpresa: una pequeña parte eléctrica en la que interpretaron varias canciones que siempre eran la penúltima. “Tú y yo” o “San Pedro” llevaron al concierto a su punto y final, aunque todavía quedaba un bis, “No va más”, con el que Carlos Goñi se despedía de un público que quedó completamente encantado con el recorrido por los 20 años de historia de este gran grupo valenciano.

Fotos: Lázaro de la Peña