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Jardines de Viveros. Diez de la noche. Casi 5.500 personas reclaman la presencia de su ídolo al grito de “¡Bisbal, Bisbal!”. Diez y diez de la noche. La locura se desata cuando aparece David Bisbal en el escenario, con los primeros acordes de “Sin mirar atrás”. El almeriense comienza a bailar, saltar, girar y mover sus rizos. Sus fans bailan, saltan y cantan con él. Y no dejan de hacerlo en las casi dos horas que dura el concierto.

 

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El cantante de Almería con un “¡buenas noches, Valencia!” saludó al recinto, para enseguida entonar el “We are the champions” con el que recordaba que acababa de llegar de Madrid después de participar en las celebraciones del campeonato mundial conseguido por la selección española de fútbol.

Si bien empezó el concierto con algunos de sus temas de su último trabajo “Sin mirar atrás”, Bisbal no olvidó hacer un recorrido por sus éxitos anteriores como “Oye el boom”, “Lloraré las penas”, “Bulería” o “Ave María”. Los momentos más románticos de la noche llegaron con “Mi princesa” y con “Dígale” que prácticamente cantó el público en solitario. “¡Qué arte tiene la gente aquí! ¡Gracias Valencia, Gracias!” gritó un Bisbal emocionado a lo que todo Viveros respondió: “¡Eres increíble! ¡Eres increíble!”.

Para la recta final del concierto el almeriense aun guardaba una sorpresa: se apagaron las luces del escenario y, cuando volvieron a encenderse, Bisbal apareció ataviado con la camiseta de Iker Casillas, el capitán de la roja. Fue, por supuesto, el momento de entonar la canción de la afición, “Waving flag”, su último gran éxito. Y, como dice la canción, numerosas banderas, en este caso españolas, ondearon entre el público.

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La imponente escenografía que acompaña al cantante, con un espectacular juego de luz y pantallas donde se proyectan vídeos e incluso imágenes en directo de algunos espectadores, ayudaron a subir la temperatura de la noche en Viveros. Una noche que se cerró con “Esclavo de sus besos” y con la sensación de haber participado en un concierto de los que se recuerdan para siempre.

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La expectación había comenzado varias horas antes

Era uno de los conciertos que más expectación había alzado y se demostró desde primeras horas de la tarde, cuando centenares de fans de David Bisbal se amontonaban en la puerta principal de los Jardines del Real para ser los primeros en acceder a la explanada y colocarse lo más cerca posible de su ídolo.

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No importaba el intenso calor que hizo en Valencia durante todo el día ni las horas de espera. Lo importante era coger un buen sitio y hacer llegar al cantante almeriense el cariño de un público valenciano que siempre responde. Camisetas del cantante, pancartas alusivas, globos azules, caras y brazos pintados con su nombre llenaban las primeras filas del recinto.

Los más incondicionales de Bisbal tuvieron, además, un premio inesperado: la actuación de Diego Martín, que ejerció de telonero. El cantante murciano, famoso por su gran éxito “Déjame verte” que interpretó en 2005 con Raquel del Rosario, presentó su último disco “Melicia” amenizando la espera de aquellos que llevaban varias horas para disfrutar del concierto de una de las estrellas más importantes del panorama musical.

Fotos: Lázaro de la Peña y Josep V. Zaragozá