04032016 00

Los de Granada diseñan un disparo totalmente diferente a lo establecido hasta la fecha, y les sale perfecto.

Los de Granada diseñan un disparo totalmente diferente a lo establecido hasta la fecha, y les sale perfecto.

Valencia no sabe de fechas ni de lugares de nacimiento, siempre fue una ciudad abierta que respeta a quien aquí nace o pace y muestra sus virtudes, sea vecino o foráneo. Y si ayer fue la pirotecnia del Mediterráneo, una empresa joven y de Valencia quien mostró su buen hacer, y así se reconoció su mérito en el difícil arte de la sinfonía del fuego, hoy se haría lo propio con la Alpujarreña.
Con sede el paraje El Cerro de Ugijar de Granada, esta firma nacida en 1890 mostró a las claras que su apuesta el pasado ejercicio no sería una casualidad, y no sólo repitieron éxito, lo agrandaron con un disparo de los que merecen recordar. Como dirían los verdaderos expertos a pie de plaza, no fue una mascletà lo que hubo este mediodía en la plaza, pero si fue un espectáculo pirotécnico de primer nivel, y qué espectáculo, este sí de 360 grados.
A las cuatro esquinas, como en el billar, desde el primer minuto la plaza fue cercándose de fuego hasta llegar a la muerte súbita, y en el centro de la plaza. De fuera hacia dentro, de abajo hacía arriba, rematando con un aéreo sincronizado para acabar golpeando en seco y al unísono como sólo hemos escuchado a Ricardo Caballer. Fantástico.
Así lo entendió el público, y así se lo reconocieron a Alfonso, Juan y Antonio Baños cuando saludaron al respetable desde lo alto del balcón consistorial.

Un balcón donde la previa sería ambientada musicalmente con el formato establecido, primero canción popular repitiendo “El chisme fallero” y la segunda, pieza obligada, el “Valencia en fallas” de Bajoqueta. Como en la radio fórmula acabará por repetición alcanzando cotas de hit, aunque de momento el público de los de Ribarroja del Turia con lo que realmente vibran es con el “Alça l'aleta polleta” como se vería de inmediato. Para no faltar a la verdad, el tema del día sería sin lugar a dudas escuchar a uno de los clásicos. Frente a Nino Bravo y su Libre, no hay Bajoqueta ni Gossa que le iguale. Falleras Mayores y Cortes unidas de las manos, así como tres cuartos de plaza, entonaron al de Ayelo de Malferit como si no hubiera un mañana.

El final ya lo saben, ovación generalizada al pirotécnico, y hoy sí, hubo quienes vinieron a manifestar sus pesares, en este caso con un clásico también, los extrabajadores de RTVV. Lo que no sabemos es si venían a reclamar la justa reapertura de la televisión valenciana que nos cerraron, que prometieron abrir el pasado 9 d’Octubre y ahora niegan en favor de una TVE de pago, o a saludar a su excompañero Pau Vendrell, ahora en calidad de jefe de prensa del consistorio valenciano, y que junto al concejal de Relaciones con los Medios, Carlos Galiana, siguen sin garantizar el teórico derecho a la información que la ley protege y tanto reclamaron antaño.