Valencia volvió a salir a la calle para celebrar el día grande de la comunidad, en una de las jornadas más tranquilas de los últimos años.

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Con la puntualidad obligada la Real Señera descendió del balcón consistorial con la única reseña de una petición mayoritaria del himno valenciano.

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Según datos de la Policía Local más de 85.000 personas se dieron cita para acompañar en su recorrido a la enseña de los valencianos. Como es habitual la Fallera Mayor de Valencia y su Corte de Honor acompañaron la procesión cívica entre los vítores de los asistentes.

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El abanderado este año fue el concejal socialista Vicente Gónzalez Móstoles, quien asumió con gallardía los 20 kilogramos que pesa la enseña valenciana.

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Tras el preceptivo Te Deum, la comitiva realizó la tradicional ofrenda floral a la estatua ecuestre del rey Jaime I, para retornar a la casa consistorial y concluir la mañana con el aroma a la pólvora de Vicente Caballer, de calidad infinitamente mayor al descafeinado y arrítmico disparo realizado en la noche anterior.

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