Carro vacío

Raul 01okCon febrero llega una de las fechas que más me emocionan. Se inaugura L’Exposició del Ninot.  Con ella se abre ese espacio donde conviven la crítica social, la estética y la no-estética en 42.000 m². En un enclave de arquitectura vanguardista, plasmado ya en la grande y pequeña pantalla, que contiene tal cantidad de obras que están separadas por apenas unos centímetros.

Expuesto así, a cualquier amante de las Artes se le hace la boca agua. Si esto sucediera en Nueva York, Londres o Milán, todos los culturetas tendrían sus billetes comprados desde hace meses. Pero esto no es así y además no todo es tan perfecto a mi parecer.

En cuanto comienza el movimiento en esta exposición empiezan las disonancias. El término ‘disonancia cognitiva’ se refiere a la tensión o malestar generado cuando tenemos dos ideas contradictorias o nuestras creencias no están en armonía con nuestra conducta. Como acabaréis de pensar, esta es una de las características del mundo fallero; esto se puede observar a pequeña escala en cada uno de nosotros, a media escala en cada una de nuestras comisiones y a gran escala en el colectivo fallero.

Veamos en qué momentos se genera esta disonancia: la Exposición del Ninot se trata de una muestra de los ninots que presentan las comisiones y artistas que participan en el concurso de JCF, donde en una escultura (de unos 1x1x2,50m. en los mayores y 0,40x0,50x0,75m. en el caso de los infantiles) debes plasmar una crítica social. Hasta aquí todo claro, los protagonistas son los ninots. En los primeros días se pone un photocall precioso… y pensaréis: “¡Genial! Estaría muy bien un espacio preparado con iluminación y un fondo para poder fotografiar a los ninots en las mejores condiciones cuando llegan y tener un buen registro de cada uno de ellos”. Pero… resulta que ese photocall no está dirigido a ellos, si no a falleras mayores y presidentes junto a los artistas. ¿Cómo vamos a defender que el centro de esta fiesta o incluso de la misma exposición son los ninots si la propia JCF fomenta la desviación del foco? Seamos sinceros, ¿cuántas de esas representantes dirán que la falla es el centro de la fiesta en las entrevistas de la preselección, pero no han pisado más de tres veces el taller ni ese mismo año? ¿Y cuántos de esos presidentes han pasado a interesarse por el proyecto sin ‘discretamente’ exigir más ninots o aumentar las dimensiones? Nos puede gustar o no, pero eso son disonancias cognitivas.

Otro caso de disonancia se observa, principalmente al llegar a las secciones más altas. Vemos diseños impresionantes, pinturas atractivas y críticas mordaces. Sin embargo, las obras salvadas del fuego son más bien tiernas, perpetuas y previsibles ¿Cómo encaja eso en el discurso oficial en el que se afirma que las Fallas son una fiesta moderna, actualizada y que se renueva ejercicio a ejercicio? Se podría decir que en este caso somos más arrugas que camisa… Por no hablar de esta discrepancia entre teoría y práctica en el caso de los infantiles. “Las fallas infantiles deben ser para los infantiles”, habréis oído más de una vez, pero lo que observamos es que los ejemplares donde aparecen vírgenes, abuelos, u homenajes póstumos a personalidades a los que los niños y niñas de hoy en día no han conocido, llenan los estantes de la exposición. 

Por último, pero no el último (quedan varios, pero no dispongo de tres páginas para ello) sería el terrible caso de “todas las fallas son importantes sean de la sección que sean”. Se supone que hay un solo concurso de Ninot Indultat, pero pongámoslo más fácil a la gente y digámosle a donde tienen que mirar… ¿Por qué no ponemos los ninots por orden de censo? Todos deben encajar dentro de unas medidas, a efectos prácticos no debería haber problemas. El jurado a mejor ninot de sección sabrá cuales son los suyos, ya que lo pone en los carteles, y JCF les da la relación. Eso sí, tendrán que andar un poco más.

Bueno, sé que es difícil llevar todo esto a cabo, pero todos tenemos disonancias. Las mías son saber que es difícil y esperar que algún día sea posible. No sé, serán cosas de la edad.

 

 

Punxes okEPPUR SI MUOVE!

Así lo parece por lo menos. Algunas cosas van cambiando a pesar de algunos que hacen todo lo posible por convertir el mundo de las Fallas en una doctrina donde prevalecen las verdades de la fe. En cuanto ven peligrar su ‘espacio natural privilegiado’, o al menos eso creen, salen a la palestra convencidos de ser mayoría. Para hacernos creer que son mayoría. Això és tan veritat com ara plouen nesples

Rancior: qualitat de ranci. Revellit, passat, que ha quedat fora de l’ús corrent i actual.

Se aprueba en el pleno de JCF un cambio formal en el decimonónico protocolo de la exaltación de la Fallera Mayor de València y sale en tromba toda la carcunda para lanzar el grito al cielo y mantener dicho protocolo con explicaciones tan peregrinas como la del ‘respeto’ a la Fallera Mayor. Vinga va! A un altre gos amb eixe os.

Desvergonyit: Que parla o obra amb desvergonyiment, que no té vergonya.

¿Respeto? Ninguno. Sobre todo, de aquellos que hacen defensa pública de la subida de las canastillas, al mismo tiempo que azuzan a instituciones, asociaciones y demás entidades que envían las canastillas a que no lo hagan, aduciendo que para que no se les nombre y no suban ‘NO VALE LA PENA’. ¡Caraduras! Tenen més cara que esquena.

Pífia: Colp en fals, errada, cosa desencertada.

Encima, mal aconsejado por el ’sanedrín fallero’ que le rodea permanentemente, sale el representante del PP a pedir que no se elimine el desfile de canastillas «porque es algo más que un desfile, es tradición y no se puede alterar el guion de la presentación y alterar el protocolo de estos actos». ¿Ah, no? ¿Y por qué no? ¿Por qué no le pregunta a su candidata a alcaldesa, a su jefa, si ella pudo o no? Açò és cagar cul per amunt.

Ignorància: Estat d’ignorant. Que no té instrucció o no té coneixements sobre una matèria.

Pues eso, que no es la primera vez que las canastillas no suben al escenario. Ya en 1985, hace 38 años, se quedaron expuestas, en la mayor ofrenda floral a una fallera mayor de València, en el hall del Teatro Principal. Luego vino la carcunda y deshizo lo andado. De pecats d’ignorància, l’infern en té ganància.

Carca: Absolutista, reclòs en idees polítiques i religioses intransigents.

Hablando de caraduras, hay que tener la cara como el cemento para intentar ‘someter’ a las fallas al imperio de unas ideas minoritarias, que no obtienen ninguna representación entre la sociedad valenciana elección tras elección, amparados por una supuesta representatividad entre los falleros… Como si los falleros no fuésemos electores o vecinos. Y encima intentarlo con la ‘nocturnidad y alevosía’ que les permite la Mesa de Redacción del Reglamento. Tenen més cara que un sac d’euros!

Caspa - Caspós: Antiquat, ranci, passat de moda, retrògrad.

Días atrás, el PSPV presentaba su candidata a ocupar la concejalía de Cultura Festiva, en caso de darse los resultados electorales que lo posibiliten. Las reacciones fueron de lo más variopinto, pero sobre todas ellas la ‘crítica’ más repetida fue dirigida hacia su juventud. ¿En serio? ¿Aún estamos así? Otro ‘ataque de cuernos’ del caduco pelotón de los ‘enojados crónicos’, que se creen imprescindibles e irreemplazables. Y en este caso, de todos los colores ideológicos. Buf! Quina pudor a naftalina! 

 

 

 

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