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Emoción contenida, incredulidad en algunos casos, nervios e ilusión en todos ellos. Más de uno, desubicado. Todos, grandes profesionales del arte efímero. Los ganadores del oro fallero se dieron cita en el Ayuntamiento de Valencia el pasado viernes para recibir el justo pago al trabajo bien hecho, a aquel que los distintos jurados valoraron como lo mejor de las Fallas de 2010.

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Los primeros premios significan mucho para una comisión de falla, pero más todavía para un artesano fallero, cuya hoja de ruta en el siguiente año depende en gran medida del guarismo acompañado de estandarte que el fallero colecciona de forma febril.

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Allí estaban todos, o casi todos. Y es que algún presidente fue el que tuvo que recoger el galardón obtenido, caso de Miguel Ángel Pérez, ideólogo y motor de Mossen Sorell-Corona, que recibió el palet correspondiente a Anna Ruiz por su primer premio de fallas innovadoras.

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La tarde del viernes también fue el momento del aplauso. Y se escucharon muchos, muy intensos y para todos. El tributo del compañero hacia el compañero se vio satisfecho de esta forma, con momentos de intensidad manifiestos, los que se les dieron a Paco López Albert y Joan S. Blanch, triunfadores de la secciones Especiales, y ganador, en el caso de Blanch, ganador del Ninot Indultat Infantil, como también recibieron grandes aplausos Fede Ferrer por su Ninot Indultat y Vicente Llácer o Javier Fernández, primeros premios de Ingenio y Gracia en las secciones Especiales.

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El secretario general de JCF, Vicente Fayos, fue el encargado de presentar a cada uno de los artistas y lemas de las fallas ganadoras, provocando algunas simpáticas situaciones con estos últimos.

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El encargado este año de hablar en nombre de los ganadores fue López Albert, que sentenció con una de las frases de la jornada: “ni somos tan buenos cuando ganamos, ni tan malos cuando perdemos”.

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El maestro mayor agradeció la organización del acto al ente fallero y al Ayuntamiento de Valencia.

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Cerró el acto el concejal de Fiestas y Cultura Popular, Félix Crespo, que de forma contundente ofreció, nuevamente, el espaldarazo contundente a la profesión de artista fallero y su importancia vital para la fiesta. Y es que como afirmó Crespo, hay que trabajar por el monumento como centro de la fiesta, y quien no lo hace así no trabaja por las Fallas. Será otra fiesta, pero no serán las Fallas. Y así es.

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La tarde finalizó en el Salón de Cristal del Ayuntamiento con un vino de honor y los comentarios propios del momento, con los fichajes y los nuevos proyectos como temas de conversación.

Fotos: Julio Fontán