María tenía hoy un examen. No es una licencia del redactor, cuestió de estilo o algo figurado, es la realidad de una niña de 11 años. El examen era, en concreto de “Science”, Ciencias pero en inglés. Y ésta fue la respuesta de María a la pregunta de si le había ido bien: “Bueno… creo que sí”. Para saber la nota aun tendrá que esperar, pero la nota de su examen de vida fallera la conocía pasadas las 19:30 horas de la tarde de voz de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

En el hemiciclo del Ayuntamiento se descolgaba el teléfono y el número que se marcaba era el de María Donderis Sanchis, fallera de Quart Extramuros-Velázquez, del sector Olivereta, y desde ese mismo momento Fallera Mayor Infantil de Valencia del año 2015.

María, que estudia 6º de primaria en el Colegio Internacional Levante, había pasado un día relativamente normal hasta el momento. Según nos indicaba su padre, José Donderis, “esta mañana ha ido al cole, al examen, luego hemos comido con unos amigos, y a esperar”. José es agente comercial, y la madre, Mª Ángeles, es delineante. “¿Cómo estoy? Eufórico” confesaba José, y no era para menos, sobre todo con las raíces falleras de la familia y el orgullo que ello les supone. No en vano, el padre de la Fallera Mayor Infantil de Valencia se señalaba la solapa en la que lucía el Bunyol d’Or i Brillants en Fulles de Llorer. “Son 39 años en Quart Extramuros. Antes pertenecía a Murillo-Palomar”. De su hija dice que es “una niña de su edad, amiga de sus amigas, infantil pero responsable”. La responsabilidad era un rasgo destacado por todos los que la conocen a lo largo de la intensa tarde-noche vivida en el piso de la calle Marina Baixa en el que recibió la llamada María. Y con expectación lo iba viviendo también Gabriel, su hermano de 8 años, que no quitaba la mirada a la nube de fotógrafos y cámaras que fijaban el objetivo en su hermana como si de una estrella de Hollywood se tratara.

Mª Ángeles vivió la tarde visiblemente abrumada. La risa nerviosa se mezclaba con frases y palabras. “A mí, que no me gustan las fotos”, decía mientras feliz sonreía junto a su marido y sus hijos en un momento para el recuerdo.

La familia es fundamental en un momento así, y sobre todo si es de raigambre fallera. José Donderis Pedrón, abuelo paterno, se mostraba infinitamente feliz con el nombramiento de su nieta. “Soy fallero de toda la vida, desde los años 40”, explicación que daba para a continuación revelar entre lágrimas un hecho muy emotivo. “Normalmente no suelo llorar, y hoy lo he hecho. Es que esto es la alegría más grande de toda mi vida de fallero”. De María su abuelo dice maravillas: “educada, sabe estar, estudiosa, de matrículas de honor”.

Los que también subrayaban las excelencias de María eran los componentes de los dos jurados que ha tenido que pasar tras el sector. El jurado de Corte afirmaba que la niña tiene mucho “porte, serenidad y saber estar. Estaba clara desde el principio, tiene la cabeza muy bien amueblada”.

El jurado de Fallera Mayor de Valencia se encontraba también emocionado, tanto por lo vivido, como por el proceso, como por ver la felicidad en casa de María. “Hasta última hora no hemos podido decidir. Lo que tenemos son 13 auténticas princesas, y lo van a ser todo el año”, afirmaban. Respecto a María, los elogios volvía a aflorar, destacando tres puntos imprescindibles, “cariñosa, responsable y elegante”.

El concejal de Fiestas, Francisco Lledó, junto con el secretario general, José Luis Vaello, llegaron para entregar el acta, como es norma, a la nueva Fallera Mayor Infantil, que después recibiría la primera visita de la que ya es su Corte de Honor, mascotas incluidas. Y después el relevo, con Claudia Villodre y su Corte de Honor como visitantes de excepción.

Entre el ir y venir, María estaba contenta y en todo momento dispuesta a hablar con la prensa, que de repente había entrado en su vida como un vendaval. Sabíamos que tiene 11 años, que es estudiosa y que el examen parecía haberle salido bien. En clase, todos le deseaban suerte para la elección. También confesaba que en lo primero que pensó cuando sonó el teléfono fue en su familia. Y la ilusión que tenía por conocer a la nueva Fallera Mayor de Valencia, “más todavía”, dado que ambos grupos de candidatas ya se conocen.

El teléfono volvía a sonar, pero no era la alcaldesa. Con ella ya había hablado a las ocho menos veinte. Ahora tocaba la comunicación con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que le felicitaba personalmente.

Y como conclusión, un consejo, el de Claudia Villodre, que le decía que espera que este año “lo disfrute mucho porque va a ser irrepetible”.