La muestra en homenaje a Renau está incluida dentro de las actividades que se realizan gracias al convenio de colaboración suscrito entre la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Valencia y la Universidad de Valencia; un acuerdo por el que el Consistorio realiza una aportación de más de 120.000 euros cada ejercicio para la organización de diversas iniciativas culturales. Asimismo, hay que señalar que, paralelamente a la iniciativa municipal, 50 artistas y galeristas han solicitado el Museo de la Ciudad para la celebración de una exposición de arte contemporáneo en homenaje a la figura de Renau. María José Alcón, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, ha señalado que "está encantada de atender esta solicitud sin que sea un obstáculo que coincidan ambas exposiciones, ya que la trayectoria vital y artística de Renau lo hacen merecedor de estos reconocimientos".

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Cartel de la Feria de Julio de 1931, obra de Renau.

Independientemente de su trayectoria como ilustrador y cartelista, Josep Renau es una figura imprescindible dentro de la historia de las Fallas. Precisamente, el EXTRA FALLAS 2007 de ACTUALIDAD FALLERA incluía un artículo del estudioso Manolo Sanchis alrededor de la figura de Renau, el cual reproducimos a continuación.

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Falla plantada en 1928 en la plaza Guerrillero Romeu.

Josep Renau Berenguer
Al lado de las fallas (1907-1982)

El próximo mes de mayo se cumplirá el primer centenario del nacimiento de José Renau, un valenciano universal que desde su exilio nunca dejó de recordar su tierra y su ciudad natal, sus fiestas y sus tradiciones, en las que se involucró activamente, durante unas décadas en que la a ciudad bullía por los cuatro costados mientras consolidaba su fiesta más representativa.

Renau es un joven inquieto, arrollador, algo que le hace destacar dentro del mundillo artístico e intelectual en una incipiente capital de provincias, en la que, nunca mejor dicho, había artistas, poetas y artesanos en cada rincón de la ciudad.
En estos años es normal las tertulias, y coloquios en las noches valencianas, donde toda una generación de artistas plásticos y poetas pasaban largas veladas disertando sobre lo divino y lo humano, siendo normal incluso los enfrentamientos personales, que no siempre se solucionaban con una simple discusión, y que en algunas ocasiones, acabaron en peleas y carreras por alguna callejuela del barrio del Carmen.
Entre las tertulias de las que Renau es un habitual está la de la "Peña del Sifón" donde asisten dibujantes y cartelistas, o la conocida peña "Sala Blava", antecesora de "Acció d'Art". En ambas proliferan numerosos artistas que compaginan sus actividades plásticas con la construcción de fallas y carrozas festivas. El propio José Renau se involucra en el mundo de la fiesta construyendo en 1928 una falla en la ciudad de Valencia con varios amigos para la plaza Guerrillero Romeu -hoy Mercado Central-, en la que se puede observar a simple vista su participación directa en la misma, ya que la dibuja y la pinta con su personal estilo.
Esta participación no era algo inusual dentro del mundo festivo de la ciudad ya que era muy normal que nombres consagrados en las artes plásticas compitieran y colaboran construyendo fallas o ilustrando portadas de la prensa especializada, caso de Ruano Llopis, Dubón, González Marti, Arturo Ballester y un largo etcétera, que termina en el conocido Rafael Raga.
Renau, como venimos diciendo, el interés por lo festivo y popular no lo abandona y lo mantiene a lo largo de toda su vida, ilustrando varias publicaciones como "Gràfic Faller", 1936; "Pensat i Fet" y "Nova Cultura", 1937, apareciendo años más tarde en el "Gong Fallas", 1974 y "Pensat i Fet", 1997. Realiza varios fotomontajes para los actos y "llibret" de la falla de la Casa Regional Valenciana en México D.F. mientras duró su exilio en la mencionada capital.
Volviendo al año 1936, colabora incluso como jurado junto con Filo Montoro, Manuel Jiménez Cotanda, Valentín Plá y Vicente Vidal Corella en el segundo concurso "Crónica," otorgado a la mejor figura femenina presentada en la Exposición del Ninot de Valencia, premio que recae en la conocida figura de la "Rumbera" del artista Regino Mas, perteneciente al catafalco de la Av. Blasco Ibáñez-Pablo Iglesias.
El 10 de septiembre de 1936, a la edad de veintinueve años, es nombrado Director General de Bellas Artes, estando encargado de defender el tesoro artístico nacional del expolio y los bombardeos, organizando los talleres de propaganda gráfica. No se olvida pese a la responsabilidad de su cargo de las fallas, ya que a pocos meses de su nombramiento el 11 de febrero, encarga a la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura la construcción de cuatro fallas de carácter antifascista, delegando tal menester en el sindicato de "Art-Popular", reservándose él mismo la supervisión artística del proyecto; responsabilidad que no llega a desempeñar por las obligaciones de su nuevo cargo.
El proyecto, dada la situación en retaguardia, recibe críticas de varios sectores agrupados alrededor del "Frente Popular", dada la precaria situación de los centenares de refugiados que ocupan la ciudad venidos de los distintos frentes, prohibiéndose cualquier manifestación festiva por el Ayuntamiento de la ciudad, posponiendo su exhibición publica.

Que este año histórico las llamas populares de Valencia reivindiquen su sentido de antaño.
Que el fuego simbólico aniquile aquello que la crítica del pueblo condena con su decisión inapelable.
Y si las chispas de nuestras fallas contribuyen a acelerar la victoria del monte, de todo aquello destruyendo, de todo aquello negativo e impopular abrasado, surgirá el milagro de nuestra libertad consolidada, la realidad tangible de nuestra cultura nacional salvada para siempre.

Josep Renau
Nova Cultura, 1937. Any III Nº 1

El propio Renau colabora en la confección del numero extraordinario de las fallas 1937 de la revista "Nova Cultura" "els enemics del poble a l'infern. En la que junto con el fotomontaje de la portada realiza el reportaje fotográfico del interior.
El mes de octubre de 1937, José Renau abandonaba la ciudad de Valencia, junto al Gobierno republicano, del que formaba parte, camino hacia la Ciudad Condal, iniciando su particular exilio en 1939; exilio que reparte entre México y Berlín y que se extiende en el tiempo hasta 1976.
En la década de los setenta lo descubre toda una nueva generación de valencianos tras su exposición retrospectiva en 1978, organizada por el Museo Provincial de Bellas Artes San Pío V de Valencia.
Cuatro años más tarde, en 1982, fallecía a la edad de setenta y cinco años, no sin antes ceder a todos los valencianos la mayor parte de su patrimonio artístico y documental, integrado por miles de libros, fotografías, carteles y fotomontajes, que en la actualidad forman parte de la colección del Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM, de Valencia.