BraulioEn la recta final del ejercicio fallero, las reacciones discordantes y la línea de comportamientos no cejan. Y es que no hay forma de meter en la cabeza de los dirigentes actuales que las reacciones adversas del colectivo se producen por su empecinamiento en continuar en esa dirección.

De primeras, salta a la vista que esta directiva va a la suya y le importan poco las opiniones de gran parte del colectivo. No sirven para nada las reprobaciones, la oposición a lo que se propone ni las críticas. Nos da la impresión de que tanta sordera sólo puede deberse al desinterés por todo aquello que no sea de ‘fabricación propia’.

Comencemos por donde comencemos, siempre nos vamos a topar con el hándicap de esa innovación tan personalizada y el hacer comulgar con ruedas de molino. Si hablamos de presupuestos, nos encontramos con rebajas económicas en actos de siempre para incrementar en sus movidas y en los eventos donde tratan de innovar. Si hablamos de incrementos en los presupuestos destinados a Junta, nos encontramos con mingüedades que no permiten grandes ni pequeñas posibilidades, ya que en unos años los referidos presupuestos se han rebajado en más de 400.000 euros.

Podríamos enumerar un sinfín de hechos en los que el bache ha estado presente, pero quisiéramos hacer alusión a lo más reciente, como ha sido la presentación de la imagen gráfica de las Fallas. Pocos comentarios favorables hemos escuchado por parte de los falleros, que no de sus allegados. No ha encajado la propuesta en la visión de quienes se deberían ver representados por dicho cartel, entre otras cosas, por el sexismo en colores que se advierte, amén de su diseño y similitud con algún otro trabajo del artista y su equipo.

En las exaltaciones hemos podido comprobar que de nuevo se ha echado mano a lo más fácil, que no es otra cosa que contar con el buen hacer y la calidad de la Banda Municipal, algo que mereció el aprobado por parte del respetable. El espectáculo circense no entusiasmó, pero cumplió con su cometido, distraer a los más pequeños.

De lo que sí se han preocupado de verdad es de seguir haciendo cambios, que es lo que mola. Este año, se anunciaba que la Fallera Mayor y su Corte de Honor dejarían de ser senyoretes y pasarían a ser recibidas como dones. De todas formas, la palabra senyoreta fue finalmente con la que se anunció la presencia de la Fallera Mayor.

No pasó desapercibida la paridad, al ver que eran parejas las encargadas de retirar las cestas de flores que eran ofrecidas a la Fallera Mayor. Pero en la exaltación infantil cambió un poco, lo que no sabemos es su porqué. Tampoco estuvo fino el protocolo en ambas exaltaciones, y eso sí que es para que se lo hagan mirar.