Fallera Mayor de Valencia del año 2010, Corte de Honor, Molt Honorable Sr. President de la Generalitat Valenciana, Excma. Sra. Alcaldesa de Valencia, dignísimas autoridades, Sr. Presidente y miembros de la Junta Central Fallera, falleras mayores y presidentes de comisiones, falleras y falleros, señoras y señores, buenas noches a todos.

Sean mis primeras palabras de agradecimiento por permitirme estar con Ustedes como mantenedor de la Fallera Mayor de Valencia, Mª Pilar Giménez Santamarina y de su Corte de Honor.

Este es un acto de gran solemnidad y emotividad que supone uno de los hitos culminantes de estas fiestas apasionadas y apasionantes. Y habré de referirme a la pasión como una de las características fundamentales de las Fallas que alcanza una amplísima serie de registros que resumiré en dos:

La primera derivación de esa pasión no es otra que la de la Belleza. Belleza del ser humano encarnada esta noche en la figura de nuestra querida y admirada Mª. Pilar.

La segunda manifestación de esa misma pasión se llama fuerza. Poder arrebatador del fuego hipnótico y purificador que cierra y abre cada año el final de un ciclo y el principio de otro.

Esa noche, con la que tanto jugueteó el genial poeta andaluz, Federico García Lorca: "noche platinoche, noche que noche nochera" espero sea hoy, querida Mª. Pilar,  tu día más brillante. La fuerza de la Belleza es tuya, y sólo tras un periplo agotador y fascinante, le pasarás el testigo de esa fuerza arrebatadora que prodigas entre sonrisas, al Fuego epigonal de estas fiestas josefinas, valencianas, universales.

De fuerza a fuerza y tiro porque me toca. Los poetas son otros y yo espero cumplir con esta gozosa obligación voluntaria y ciegamente aceptada, sin defraudar a los presentes ni a la que sin duda es nuestra más bella dama.

Cuando mi querida Alcaldesa y amiga, D. ª Rita Barberá me propuso oficiar (en su doble acepción laboral y trascendente) como mantenedor, acepté como ya he dicho de inmediato. Es un honor como valenciano y una gran satisfacción personal.

Todo un privilegio tanto en el plano individual como institucional, ya que Juan Juliá Igual es también Rector de la Universidad Politécnica de Valencia, una comunidad universitaria a la que sirvo y represento. Una institución académica de excelencia, innovadora y emprendedora, que se siente orgullosa de su origen valenciano, y que tiene clara su voluntad de estar al servicio de la sociedad a la que se debe.

Es precisamente por ello que intentamos alcanzar el mayor grado de proximidad con nuestros conciudadanos, no sólo desde nuestra irrenunciable idiosincrasia académica, sino también  disfrutando a su lado los momentos de alegría y de fiesta. Necesidad de cercanía que propició nuestra incorporación activa a la que es nuestra fiesta más internacional: Las Fallas de Valencia.

Y quisimos vivirlas de la forma más intensa posible, lo que nos llevó a solicitar a la Junta Central Fallera, ya hace doce años, la creación de nuestra Falla Avinguda de Tarongers - Universitat Politécnica de València - Camí de Vera. Falla a la que me honro pertenecer desde hace tiempo, al igual que un gran número de miembros de nuestra comunidad universitaria, vecinos y amigos de la Universidad.

Pero también es un motivo íntimo de satisfacción, ser mantenedor de la Fallera Mayor de Valencia por un hecho muy especial, pues con Mª Pilar, nuestra querida Fallera Mayor, me unen estrechos lazos de amistad con su familia, anteriores incluso al nacimiento de quien ahora nos ha convocado.

Además Mª Pilar, permíteme que desvele que has sido la causante de dos iniciaciones en mi vida. La segunda cronológicamente, pero no menos importante, ésta que me corresponde hoy como tu Mantenedor. La primera, que quizás desconozcas, cuando fuimos a visitar a tus padres, Paco y Pilar, en vuestro domicilio particular, en la calle Santa Cruz con motivo de tu nacimiento para trasladarles nuestra felicitación.

Tu abuelito, D. Pastor Santamarina, reconocido Catedrático de nuestra Universidad, nos agasajó con una extensa e intensa cata de orujos gallegos. Festejaba de esta guisa exquisita y espirituosa nuestra llegada y tu natividad, al tiempo que rememoraba sus ancestros de esas tierras célticas y atlánticas. Desde aquel lejano día, cuando en algún almuerzo o cena con amigos, me ofrecen estos apreciados licores, no dejo de recordar alertado los estragos de aquellos tragos. Desde entonces tuve claro, que al placer de su bebida, acompañan ciertos riesgos que aconsejan cautela, prudencia y moderación en la degustación. Dorado término medio que decía Petrarca.

Mª Pilar, además con tu nombramiento como Fallera Mayor de Valencia, también toda tu comunidad universitaria, la Universidad Politécnica de Valencia, nos sentimos enormemente satisfechos, pues tenemos bien presente que eres alumna de la Facultad de Administración y Dirección de Empresas y que una vez más una alumna de nuestra Universidad ha sido acreedora de tan importante distinción. Bueno es recordar que en los últimos cinco años, tres de nuestras Falleras Mayores han sido alumnas de nuestra institución. Marta Reglero en el 2007, alumna de la Escuela de Telecomunicaciones, y Marta Agustín, de Ingeniería del Diseño, el año pasado.

Pero tu vinculación a nuestra Universidad no es sólo como estudiante de uno de sus Centros, es de una enorme raigambre familiar como ya he dicho, tu abuelo materno, D. Pastor Santamarina fue profesor de nuestra Universidad, pero antes tu bisabuelo lo fue de la Escuela Industrial y actualmente tu madre, Mª Pilar, compañera en el equipo de gobierno como Vicerrectora, así como tus tíos Cristina y Vicente, forman parte del Claustro de Profesores.

Sin embargo, llegados a este punto, no puedo dejar de confesar que me siento abrumado por la responsabilidad que supone este papel hoy aquí. Máxime si tenemos presente la extensa nómina de ilustres personalidades del mundo del arte, la cultura, la política y también del ámbito universitario que me han precedido y que hacen muy difícil que mi papel como Mantenedor pueda estar a su altura, pero sobre todo, a la que tú y tu Corte os merecéis.

Los valencianos somos un pueblo abierto, barroco, alegre, amantes de la fiesta. Festejamos lo religioso, lo pagano, las efemérides militares y civiles; la memoria de nuestros antepasados y los retos del futuro. Tradición y modernidad se dan la mano en esta ciudad animada por la energía desbordante de sus ciudadanos. Basta recordar la diversidad de importantes festejos que se celebran en nuestras tierras, tal como se recoge en la magnífica obra de Mª Ángeles Arazo y Frances Jarque: "Fiestas y Cultura", para entender lo que la fiesta significa en nuestro pueblo. Pero de todas ellas, son las fiestas Falleras las que han adquirido mayor notoriedad.

Los monumentos falleros son una ofrenda a todos nuestros sentidos, reflejan nuestro espíritu barroco, nuestro amor por el color, las formas, la música. Recrean nuestro gusto por la sátira, también el placer que sentimos los valencianos por el olor a la pólvora en sus mascletás y castillos.

Pero no todo es sensorialidad profana, no sólo de fiesta vive el hombre. Unido a todo ello, con una presencia igualmente poderosa pero de carácter espiritual, estas fiestas atienden también al fervor religioso de nuestro pueblo. Esa devoción por nuestra Mare de Deu dels Desamparats, profundamente arraigada entre los valencianos, tiene su momento más emotivo en esa Ofrenda, que tarde tras tarde certifica ¡con lágrimas y flores! el profundo sentir de un pueblo unido por su devoción igualmente apasionada. Estoy seguro que todos los que hemos tenido la fortuna de realizar alguna vez este breve pero intenso camino procesional, no lo podremos olvidar nunca.

Sabemos que nuestra Falla, la de la Universitat Politécnica de València, invita desde hace años a que se sumen a vivir nuestras fiestas a un buen número de estudiantes de intercambio de otros países. El año pasado, más de treinta jóvenes ampliaron nuestra comitiva. Todas coincidieron en que vestir el traje regional y sobre todo, desfilar en la ofrenda, son hechos y momentos entrañables que van a formar parte imborrable de la memoria no necesariamente escrita, pero indeleblemente marcada por la intensidad de unas fiestas irrepetibles.

La verdad es que emociona ver los rostros de las falleras en ese momento tan significativo cuando pasan delante de nuestra Virgen, y las lágrimas nublan sus ojos resbalando por sus mejillas. Algo que estoy bien seguro sucederá cuando llegue el momento en el que como Fallera Mayor de Valencia, desfiles ante nuestra Patrona. Sé que a tus bellos ojos aflorará la emoción que no podrás ni querrás contener. Ese primer plano televisivo que estarán viendo miles de valencianos, resumirá gráficamente -vale más una imagen que mil palabras- el afecto y la devoción de todo el mundo fallero por nuestra Mare de Deu dels Desamparats.

Son muchas las cosas que podemos decir de nuestra fiesta, pero me he hecho el firme y casi imposible propósito de no abundar en lo que otros mantenedores dijeron antes y mejor que yo. Con todo, no me voy a resistir a decir de nuevo algo ya repetido sobre nuestras Fallas; y es que me sumo a la petición que en su día hicieran en sendos actos como éste el Rector Justo Nieto, y el gran actor Arturo Fernández, solicitando la declaración de Patrimonio Cultural de la Humanidad para las Fallas de Valencia.

Sé Mª Pilar que tú también te sumas a esta petición con mayor sentimiento incluso que el mío, dada tu raigambre fallera, que viene de tu familia paterna, de tu abuelo D. Francisco Giménez, de tu padre Paco y de Pilar tu madre, que siendo ya novia también se hizo fallera de la Falla de la Plaza de la Santa Cruz, la tuya y la de tu hermana Silvia, desde vuestros respectivos nacimientos. ¡Quién más fallera que tú, que naciste de unos padres enamorados de estas fiestas!

Llegada va siendo la hora inexcusable de formalizar el motivo central que fundamenta este acto: vuestra exaltación, la tuya y la de tu hermosa Corte de Honor. Sólo la observación atenta del hermoso "cuadro" (dicho sea con toda la intención) que conformáis con ingentes dosis de belleza y simpatía, nos deja gratamente impresionados.

Este año y el pasado los valencianos disfrutamos de una muestra pictórica sin igual. La exposición de nuestro gran maestro Sorolla, gracias a la feliz iniciativa de una gran institución financiera valenciana como es Bancaja y en la que actuaron como comisarios dos queridos profesores de nuestra Universidad, D. Felipe Garín y D. Facundo Tomás. En ella se recogían lo más propio de nuestro artista: la luz y el color de una inmejorable visión de España. Y como no podía ser de otro modo, el pintor levantino no olvidó su tierra en ese cuadro cuyo título es Las Grupas.

Probablemente, según los entendidos no es el mejor, pero sí el más alegre en cuanto a su colorido. Seguramente, como dicen los comisarios de la muestra, por tratarse de la visión de su tierra. En él figuran, montados a caballo, valencianos y valencianas ataviados con trajes regionales en un momento de celebración festiva.

Vosotras hoy, aquí, ahora, conformáis una bella imagen de color, gracia y hermosura que sin duda merecería ser reflejada por la paleta del maestro Sorolla. Podríamos decir que tú y tu Corte de honor formáis la más bella visión de Valencia que mereciera quedar inmortalizada en el recuerdo de todos.

Mª Pilar, sois una generación que ha disfrutado de una buena y amplia formación educativa. Vivís en la que se llama la era de la globalización y de la sociedad del conocimiento. Pero la globalización no nos debe hacer olvidar nuestras raíces, nuestras tradiciones, nuestra cultura, de la que forma parte sustantiva esta fiesta fallera. Podéis y debéis sentiros orgullosas de vuestro papel en la fiesta.

El intelectual francés Thierry Jeantet sostiene que hay que acudir a lo global desde lo local y apadrina con otros pensadores un nuevo vocablo: "globalizar", que es universalizar lo local, sumar y no restar. Algo que está en la vocación de las fiestas falleras que desean que se sumen a la alegría y al disfrute de las mismas, todos los ciudadanos valencianos y quienes nos visitan.

"Piti", sin duda representas muy bien a la mujer valenciana de tu edad, como también tus compañeras y amigas de tu Corte de Honor, eso sí, de las más bellas. Belleza exterior que alejándose de la superficialidad de las apariencias, se sostiene por esa belleza interior que no habéis querido descuidar. Nuestro principal activo, vuestro principal activo, es y será la formación. De hecho, todas habéis realizado o estáis realizando estudios y la mayor parte de vosotras, en nuestras excelentes universidades valencianas. Estoy seguro de que el éxito os acompañará en vuestro futuro profesional y más aún, en lo personal.

Mª Pilar, la Junta Central Fallera sin duda eligió bien, ¡que va a decir tu Rector y amigo! Tu belleza, simpatía y méritos, son muchos. Tus bellos ojos rasgados, la dulzura de tu rostro, la elegancia, tu carácter, han sido poderosos argumentos para quienes acertadamente tomaron esa decisión. No me hubiera gustado estar en ese juicio, cuatro veces más difícil que el del troyano Paris, hijo del rey Príamo, causante de la Guerra de Troya.

Imposible para un servidor entregar la manzana de la discordia a una sola de "tus doce maravillas" (como siempre las nombras). Pero imposible también arrebatarte el preciado y envenenado fruto que simbólica e indiscutiblemente te pertenece. Imposible, en definitiva, pretender sembrar cizaña en ese campo que es tu Corte, donde florecen "13 corazones que sienten como uno".

Tu belleza, vuestra belleza, es la belleza de la que habla el escritor portugués Fernando Pessoa, "es bello aquello que nos gusta". Sois bella Mª Pilar, porque nos gustáis mucho, como tus compañeras de la Corte de Honor.

Quiero felicitarte Mª Pilar como Fallera Mayor de Valencia, quiero felicitaros a todas, a toda tu Corte de Honor. Y para ello me serviré de la información privilegiada de una fuente muy autorizada y que a buen seguro adivinaréis enseguida.

Y empezaré por Isabel, la dulzura personificada, unida a ti por el hecho insólito de haber compartido la Corte de Honor Infantil en 1999 y repetir juntas en esta corte.

A Marta, alegre, extrovertida, graciosa.

A Sandra, bondadosa y entusiasta.

A Carmen, el espíritu más joven y aglutinador del grupo.

A Patricia, sencilla, siempre minimizando los problemas.

A Tamara, divertida, sincera y amante de la diversión.

A Beatriz Lluch, elegante, con el don de saber estar en su sitio.

A Virginia, positiva, colaboradora, siempre aprendiendo de lo que le rodea.

A Pepa, humilde y agradable, con un gran don de gentes.

A Bea Hernani, espontánea y muy fallera.

A María, madura, responsable y profunda conocedora del mundo fallero.

Y finalmente a Carla, de una gran personalidad, con los pies bien puestos sobre la tierra.

Tampoco quisiera olvidarme de felicitar esta noche a vuestra apreciada compañera y amiga, nuestra encantadora Fallera Mayor Infantil: Ariadna Galán García y su lindísima Corte de Honor.

Todas nos llenáis -a todos- de  sincero orgullo y profunda satisfacción. Tomando las palabras de nuestro ilustre poeta de la generación del 27, Rafael Alberti, que nuestra Universidad hizo Doctor "Honoris Causa" en 1995 y quien también actuó como mantenedor de la Fallera Mayor de Valencia en 1981, os diré que desde hoy: "constituiréis uno de los recuerdos más luminosos de mi vida, los que cada día tengo más frescos y cercanos en mi corazón, los que me llevaré despierto cuando mis ojos duerman definitivamente" tal y como escribía el poeta en su deliciosa obra "La Arboleda Perdida".

Y permitidme que finalice deseando que en estas Fallas tengamos dos ninots muy especiales, dos ninots imaginarios. Uno que represente la Crisis y otro el Optimismo. Al segundo, obviamente lo indultaremos y al primero, lo quemaremos en ese fuego reparador de nuestra noche más mágica. ¡Ojala que desaparezca igual de rápido la verdadera crisis!

Así, ojala que con el optimismo indultado y reinstalado en nuestros corazones, salgamos todos: valencianos, españoles y ciudadanos del mundo, lo antes y mejor posible de esta crisis global, recuperando no sólo nuestra economía, sino también y sobre todo, nuestros valores más humanos.

Moltes gràcies de tot cor y bones festes.