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La antigua “festa grossa” de la ciudad volvió a salir a la calle, y lo hizo con sus rasgos característicos y únicos, elementos que la dotan de una belleza y significación especial. La procesión del Corpus y sus festejos fueron protagonistas excepcionales del fin de semana.

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El viernes por la tarde, después de su traslado desde las alameditas de Serranos, quedaban expuestas al público en la plaza de la Virgen las Rocas del Corpus. Y de entre ellas, una cumplía años. La roca que transporta la representación de Plutón y que se conoce popularmente como “la Diablera”, celebró de esta forma su quinto centenario.

Con el Corpus retornaba su certamen de arte florar, el quinto que se realiza en Valencia, y el concurso de balcones adornados, que ganaría la decoración instalada por Juan José Belda.

El sábado por la tarde se realizó la representación del “Misteri de Sant Cristòfol i els Pelegrins” y el poema sinfónico “Es chopà hasta la moma”. Por la noche, a las 23:00 horas, la Banda Municipal de Valencia ofreció su tradicional concierto patrocinado por el Ayuntamiento.

El domingo por la mañana, y una vez finalizada la misa de pontifical, salió la Cabalgata del Convit para que el Capellà de les Roques invitara al pueblo a la procesión de la tarde. Junto a él, las danzas, los misterios y la degolla realizaron el recorrido habitual de la plaza de la Virgen, Micalet, Plaza de La Reina, Cavallers, Avellanas y Almoina.

Pasadas las 16:30 horas, el desfile de las rocas y las danzas tradicionales, la Moma i els Momos, La Mangrana, els Cavallets y els Llauradors, inauguraron la tarde del Corpus, que continuó a las  19 horas con el desfile de más de 300 personajes bíblico que precedieron a salida por la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de la Custodia. De esta forma, la ciudad de Valencia volvió a celebrar la festividad del Corpus.

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