altComo si no fuera con ellos. Esta es la sensación que daría el comportamiento de un gran número de presidentes en la Asamblea celebrada el pasado 23 de noviembre. Debe ser que lo que acontecía, o de lo que se trataría, no suponía el más mínimo interés para la mayoría de ellos, ni para sus respectivos colectivos. El tema de las respectivas subvenciones a otorgar a los diferentes monumentos falleros supone al parecer un hecho intrascendente comparado con una elección de jurado de Fallera Mayor, o la tradicional "copita" navideña.
Y ya que la gran mayoría de los representantes del censo fallero no podrán contar de primera mano a sus respectivas comisiones lo acontecido en el hemiciclo valenciano, haremos una pequeña sinopsis de lo allí acontecido.

Como de todos es bien sabido, la situación de crisis actual había supuesto una nueva afrenta para el colectivo fallero. El reembolso del 25% de lo declarado podía quedarse en un 15% a sabiendas de que las Fallas, ese símbolo y motor económico de nuestra comunidad, ya estaban contratadas. El anuncio sentó como un jarro de agua fría en pleno invierno, pero con la benevolencia que suponía la climatología veraniega del mes de junio.
El verano dio para todo tipo de dimes y diretes. El patio quedó revuelto, y "ninguneos" aparte, sólo quedaría esperar la sentencia definitiva. Esta se anunciaría con cuentagotas, que si será un 10%, que si eso supone el 40%, que si será el 10% pero del total de la partida, que si eso suponen 2.5 puntos del 25 original, etc
Con la totalidad de las declaraciones presentadas, los números comenzaron a tomar forma. Las fallas habían reducido en sus declaraciones 800.000 euros menos al pasado ejercicio. De esta cifra unos 120.000 aproximadamente serían los que realmente afectaban a las arcas municipales, dado que eran el montante conjunto que no sobrepasaba la cantidad subvencionable  y fijada en los 230.000 del valor de la falla municipal.
Esta cantidad ya suponían unos 30.000 euros de ahorro municipal. Después de la Asamblea de presidentes, y el anuncio del concejal, la subvención quedaría en el 21% Cifra que a pesar de lo que se diga no supone una reducción del 4% sobre lo establecido, sino de 4 puntos sobre los 25 anteriores.
Con la aplicación de 21% de lo declarado, respecto al 25% del pasado ejercicio, el consistorio valenciano se ahorra unos 345.000 euros más, y que sumados a la anterior cifra alcanza los 375.000 euros sólo en los monumento fallero. Se pasa de un montante cercano a los 2.200.000€ en 2010 al 1.800.000€  en 2011. O lo que es lo mismo un recorte de más del 22% de la partida destinada en los anteriores presupuestos.
Estos números afectan directamente a las fallas en un 16% aproximadamente, repito no el 4%.
Como muestra un botón, si usted declaró 10.000€ en concepto de falla en 2010, recibiría una subvención de 2.500€; si usted declara 10.000€ en las fallas de 2011, el montante a percibir es de 2.100€, 400€ menos, o lo que es lo mismo, el 16% menos de lo recibido el ejercicio anterior.
A esto tendremos que añadir que las fallas hemos perdido un 1% más respecto al pasado ejercicio con el cambio al alza del impuesto sobre el valor añadido, del 7 al 8%, y que los materiales igualmente se han encarecido para los artesanos falleros.
Dicho esto, y en lugar de una reducción  de 10% como se aplica al global del presupuesto municipal para la ciudad de Valencia en 2011, o el 7% que tendrá de recorte Junta Central Fallera, y que también afectará lógicamente a los falleros, las fallas de Valencia y directamente el sector productivo fallero que tantos puestos de trabajo genera en nuestra comunidad, verá mermada sus expectativas en un 16%
En conjunto, que en lugar de fomentar allá donde se puede generar riqueza, y el consiguiente caldo de cultivo para salir de esta manida crisis, se ponen zancadillas ante la impasibilidad de sus representantes, quienes poco más, y dan las gracias.