BraulioDespués de estas vacaciones atípicas protagonizadas por la pandemia y los rebrotes de la covid-19, el colectivo fallero ha de tomar de nuevo las riendas para intentar salvar lo que queda de 2020 y el afrontar el año 2021.

Desde que fue nombrada la nueva directiva el trabajo ha sido intenso para poner en solfa la triste realidad que nos acucia e intentar salvar los muebles, a fin de que la fiesta no dé un paso atrás, pero la triste realidad es que, debido a esta pandemia, pocas oportunidades han tenido para acertar o equivocarse puesto que poca cosa se puede hacer.

Los escasos ‘salvavidas’ que hasta el momento han percibido los artistas falleros no les van a dar para mucho. Ellos tienen por delante el reto importante de hacer frente a la realidad procurando mantenerse y salvar su taller.

Eso sí, los ‘salvavidas’ los hemos ido viendo en el sector de los artistas, pero hay otros sectores que necesitan con enorme urgencia ayudas, caso del comercio tradicional fallero.

Mirando al horizonte uno se pregunta a qué espera, por ejemplo, la Generalitat para alargar el brazo y poner encima de la mesa ayudas interesantes. Estamos en septiembre, el final del ejercicio fallero está a algo más de cinco meses y por el momento ni está (que ha sido y es lo habitual cuando se habla de las Fallas), ni se le espera. La cabeza bajo el ala.

Diputación y Ayuntamiento también necesitan moverse con rapidez para paliar el desastre general que se está produciendo. Ahí tenemos a los pirotécnicos que, aunque recibieron apoyo y ayuda, pero no para todos ni para todo lo necesario, ven como sus empresas penden de un fino y tembloroso hilo.

El Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que son las Fallas está compuesto por muchas piezas de un engranaje que hoy está desvencijado. Si no se reparan todas las piezas, se aplica mimo y se calibran de nuevo, el engranaje no funcionará más y será solamente chatarra.

¿Y qué decir de la indumentaria? Cero patatero para este sector tan importante y que este año va a pasar la mano por la pared debido a las escasas ventas que va a suponer un ejercicio de continuidad en los cargos representativos.

En otros sectores afines tampoco se ha percibido mucho movimiento que digamos, empezando por la música, flores, medios especializados que promocionan la fiesta, etc. En definitiva, una verdadera ruina para todos.

El Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que son las Fallas está compuesto por muchas piezas de un engranaje que hoy está desvencijado. Si no se reparan todas las piezas, se aplica mimo y se calibran de nuevo, el engranaje no funcionará más y será solamente chatarra. No con parchear una pieza se arregla toda la maquinaria. Así seguirá rota, por más que sea la pieza principal. O todos los sectores integrantes de la fiesta reciben apoyo y ayudas en este enorme desastre económico o las Fallas no levantarán cabeza. Queda mucha gente a la que salvar.

Respecto al ejercicio 2021, nos ha gustado el resultado en la elección de los monumentos a plantar en la plaza del Ayuntamiento. Lo que Ceballos y Sanabria proponen al aunar las fallas de 2020 y 2021 bajo los lemas Saps qui sóc? y També?, nos convence. Por otra parte, el proyecto presentado por el binomio Alejandro Santaeulalia y Antonio Segura ‘Dulk’, también es ilusionante. Protegix allò que estimes pone en relieve el interés por la salud del planeta, de lo que muchos mandatarios a nivel internacional carecen.

Otro de los temas candentes del momento era el destino de la ‘meditadora’. Con la mascarilla colocada en su rostro el 11 de marzo por la mañana, la pieza se convirtió en el icono de las Fallas canceladas de 2020. Según dijo Galiana en la presentación de las fallas municipales, su cremà se realizará el último fin de semana de febrero como conclusión de las Fallas de 2020 e inicio de las Fallas de 2021.

Lo que es crucial es que el retorno de esos días de descanso fuera de casa haya sido perfecto y, sobre todo, que el ‘bicho’ no nos haya afectado. Bienvenidos de nuevo.