Julio okFuese por decisión personal o consensuada con su partido, el pasado mes de mayo dejaba la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte su titular desde junio de 2015, el diputado en Les Corts Vicent Marzà Ibáñez. 

Marzà accedería al cargo tras el cambio de gobierno generado por las elecciones autonómicas del 24 mayo de 2015, siendo nombrado responsable de una de las carteras más importantes del principal órgano de gobierno de la Comunitat Valenciana, sustituyendo a Mª José Català Verdet.

El castellonense accedía al cargo como savia nueva frente a unos años aciagos en lo que a la fiesta fallera se refiere. Desde la Generalitat, las Fallas habían perdido hasta las ayudas que se concedían a Junta Central Fallera y que la, entonces oposición, desde el consistorio valenciano, reclamaba incesantemente al gobierno autonómico. Dotación que olvidaron solicitar una vez llegados a la alcaldía, e incluso perdieron, por no reclamar en tiempo, la última cuantía concedida y que nunca se llegó a cobrar. El responsable sigue cobrando a cargo del erario público.

Seis meses después de su acceso al cargo, Marzà incrementaba los premios a llibrets de Fallas, Magdalena y Hogueras, eso sí, vetando, al más puro estilo del antiguo régimen, a todos aquellos que no cumplieran con la normativa oficialista, dejando fuera a quienes participaban en el concurso decano de literatura festiva, en Valencia ciudad una gran mayoría. El concurso sigue organizado por la centenaria entidad cultural incluida en el expediente que, el 30 de noviembre de 2016, llevaba a la fiesta de las Fallas a ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Entidad, Lo Rat Penat, que ‘casualmente’ también sería vetada desde el consistorio para la comisión de seguimiento establecida.

En junio de 2017, el Síndic de Greuges emitía un dictamen ‘sugiriendo’ al Ayuntamiento de Valencia y a la Conselleria de Educación que respetara los criterios lingüísticos de cada individuo, así como la igualdad efectiva sin criterios de discriminación por estos motivos, para acceder a ayudas /subvenciones públicas. Dictamen que no ha cumplido. Vayamos a algo más concreto.

Al margen de la obligación implícita al cargo y establecida dentro de las competencias autonómicas, la declaración por la UNESCO, más allá de una buena foto, sumó una obligación de salvaguarda a nivel europeo. Esto no impidió que, bajo su mandato, se aprobara una nueva Ley de Mecenazgo para proyectos y actividades culturales, en las que, a juicio de la Conselleria de Cultura del Sr. Marzà, un Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad como son las Fallas no era merecedor de ser incluido. Salvaguarda por tanto sólo recordada cada 30 de noviembre para la pertinente foto o emotiva declaración.

Podría extenderme con otros ejemplos, con los ingresos que supone la fiesta fallera en las arcas públicas, o comparativos de las cuantías de dinero público desembolsado para proyectos que se encuentran a años luz de la rentabilidad o beneficio público que supondría la misma inversión en un evento cultural de primera magnitud como son las Fallas, tasa turística incluida. No lo haré. Valgan estos ejemplos para expresar libremente mi opinión: Sr. Marzà, su gestión para con la fiesta, la cultura fallera, ha sido un total fracaso, o lo que es los mismo, a la altura de las anteriores administraciones. Gestión que, con anterioridad a 2015, recuerde que todos habíamos criticado.

Tanta paz lleve como descanso deja, Sr. Marzà, o como decimos en valenciano, independientemente de la normativa usada, bon vent i barca nova.

PD: Desde el 14 de mayo de 2022 tenemos los valencianos una nueva responsable al frente de la Conselleria d’Educació, Cultura i Deport, Raquel Tamarit Iranzo. Desearle la mejor de las suertes; la suya será la nuestra como ciudadanos. Como fallero, espero que ponga en práctica su conocimiento y experiencia como fallera, trabajando también al servicio de la cultura fallera desde su nuevo cargo, que, no nos olvidemos, es también su obligación.