Un año más, y con este van veinticuatro, los Nebot, padre e hijo, dejaron claro en la catedral de la pólvora lo que fue, es y será una mascletà.
Kilos aparte, el ritmo y la musicalidad, o se tiene o no se tiene, y ese es sin lugar a dudas el A, B, C de un buen disparo como el presentado hoy por la pirotecnia de la Vall d'Uixó. Una mascletà que tuvo su inicio como manda la tradición, cuando llegó la hora y el bueno del Algarrobo dio la orden a la Fallera Mayor poniéndose el tradicional casco verde. Una imagen que cualquier día ni vemos, dado que hay quienes entienden que la calle es exclusivamente de ellos.

Algo parecido de lo que sucede en el balcón consistorial, aquel que definíamos años atrás como el balcón de las vanidades, y que siguiendo aquella estela, sólo parece que cambió el amo de la hacienda. Ahora en el nuevo ‘cortijo’ tienen claro a quien permiten trabajar en condiciones y a quien no, generando un evidente monopolio informativo con el presumible fin de que no se les escape nada, con la callada de quienes tendrían que defender el oficio y que antaño eran tan beligerantes en estos quehaceres.
Pero los tiempos han cambiado, ya no hay paso atrás, ahora quienes hace unos años desde la calle arengaban a las masas, o se subían invitados para que desde la atalaya municipal lanzara sus proclamas, echan mano de técnicas contorsionistas para entrar en el tiro de cámara, su cámara.

Por suerte a pie de calle, la mayoría del gentío quiere fiesta, quiere pólvora, quiere música de todos y para todos, quiere divertirse sin proclamas políticas ni postureo de nadie, y aunque siempre tengamos por ejemplo quienes busquen el reclamo de su justa inclusión en la ofrenda, tan lógica petición como la de otros, siempre es de agradecer que se haga desde la educación que no desde la bronca. Hoy hubo tiempo para todo, para señeras con el escudo del Valencia CF, corazones, muñecos, y de visitas realmente falleras como las de las falleras mayores de Albal, Ana Duato y Paula Muñoz, que junto a sus respectivas cortes han disfrutado de la mascletà a pie de calle.
De eso se trata, estamos en fallas, y vecinos y foráneos lo que realmente quieren escuchar es a la Fallera Mayor de Valencia, Marina Civera, con su “Senyor Pirotècnic, pot començar la mascletà” y con ello, la mejor contestación posible, la pólvora de fiesta.