Más que un milenial como corresponde a su edad, Antonio García, o lo que es lo mismo Pirotecnia del Mediterráneo, mostraría hoy en la catedral de la pólvora que es más de la generación X, de aquella para la que se acuñó el término de JASP, Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados.
Su cuarto disparo en la plaza podría ser considerado como la sinfonía perfecta, donde desde su inicio a su estruendoso final, se desarrollaron una a una todas las notas de la partitura escrita. Un pentagrama de pólvora que se orquestó impecablemente con la musicalidad exigida a un mascletà clásica, con sólo unos leves toques actuales que buscaron complementar con maestría la obra.
La plaza atronaría como respuesta con un aplauso interminable, y desde lo alto del balcón, con un claro brillo en los ojos, no dejaba de dar las gracias a todos los presentes junto a la enorme sonrisa de orgullo de su inseparable Carla.
Merecido aplauso para una mascletà de semana grande, a 2 de marzo. Veremos qué pasa el año próximo…

Desde el balcón la política seguiría siendo protagonista. Si ayer era la candidata a la alcaldía por el Partido Popular, María José Catalá, quien buscaría su particular baño de masas, hoy tocaría el turno a la candidata de los socialistas valencianos, Sandra Gómez, quien vendría acompañada de la Ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. Esperemos que la ministra haya tomado buena nota de lo que también es arte, y lleve a Madrid con conocimiento de causa la petición de reducción de IVA para los maestros pirotécnicos.