PunxesEscolta que dic jo que… Ya puestos, ¿por qué no avanzamos en la dinámica de poner límites o topes? Será conveniente, ¿no? Por ejemplo, pongamos límite a los llibrets. Los llibrets son otra de las grandes apuestas económicas de muchas comisiones, en algunos casos mayor incluso que la propia falla. Propongo un límite: grosor máximo de los llibrets a concurso: un centímetro. Total, leerlos tampoco los va a leer nadie, como hasta ahora. Así menos gasto y se puede dedicar a la falla, ¿que no? Seguro que algunos aplauden la iniciativa, ya te digo. Eso sí, si quieren editarlo en tamaño tabloide, ¡adelante!    

Xe! Que estic inspirat!  Seguimos poniendo topes. Máximo de repeticiones del pasodoble ‘València’ en la ofrenda, DOS (El límite de músicos por banda lo han puesto las circunstancias económicas) Pirotecnia: máximo de carcasas y truenos por mascletà de falla: cuarenta. Iluminación: máximo de arcos: cinco por demarcación. Así todos jugamos con las mismas armas, ¿que no? A qui poc gasta, poc li basta.

Va de bó, cavallers! Anem de gala. Este último límite, sí o sí. Duración máxima de los actos organizados por JCF: 90 minutos. No es necesario estar cuatro horas poniendo a prueba la capacidad de transpiración de los asistentes, cuando lo único que les interesa a estos son treinta de esos minutos. Entiéndase la gala de elección de la Fonteta 2020. Al pas que van, caldrà pagar per badallar.

No hi ha mentida més grosa que una veritat a mitges. Algunos dicen que el acto de la Fonteta se hace para l@s faller@s. ¡Falso! Si así fuera, lo más importante sería su presencia y se habilitarían los accesos necesarios para su entrada, sin tener que hacer colas interminables para poder acceder al recinto, incluso con el ‘espectáculo’ comenzado. No es de recibo que las gradas VIP y PRIVILEGY (sí, esa a la que vamos todos los ‘afortunados amiguetes’) estén llenas media hora antes para demostrar lo contentos que estamos de conocernos. De diners i de veritats, deixa-ho per la meitat.

Amb diners torrons, i amb dacsa esclafitons. Es, sin duda, la mejor explicación de lo sucedido en la Fonteta el dia 21 de septiembre. Pero por si alguien aún no lo entiende, ahí va otro: Bo i barat, mai s’han casat. Alguien tendrá que estudiarse las ‘virtudes’ de sacar a concurso todos los contratos, sobre todo si la motivación final de la elección de las ofertas solo es el precio. Así pasa lo que pasa, que nadie puede dar duros a cuatro pesetas. Y si los da, son falsos. Una iluminación penosa, hecha sin pensar en la retrasmisión televisiva, y una sonorización vergonzosa. A pocs diners, poca música.

I per acabar van arrancar els ais… ¿Será la formación futbolística lo que llevó al nuevo secretario general a nombrar a las elegidas como si fuera el ‘speaker’ de un campo de futbol? Uf! Va baladrejar més que la mar de llevant. Cada u parla com és.

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