emilio-polo

MIENTRAS-PIENSO

Con tres días menos que el mes pasado, cuando te descuides ya estarán esparcidos por las calles los volúmenes de las fallas que veremos crecer hasta la fecha puntual de su cénit. Es tiempo de atrevidas elucubraciones fiados en bocetos, maquetas, incluso derivados de lo visto en la Exposición del Ninot, despabilados, quinielistas y expertos de tertulias insustanciales, cándidos del bulo y la evocación gratuita, que no se enteran el daño que hacen a los que descalifican.
Luego, jurados de respetable nombramiento a dedo, harán sus componendas y desaparecerán sin dar la cara, sin justificar sus actuaciones y los habientes especuladores de algunas redes sociales, se harán eco de todas las frezas que encuentren a su paso, sin mojarse, dejando para sus ardientes seguidores las opiniones más disparatadas.
Febrerillo el corto aún nos traerá más lindezas al margen de las soporíferas presentaciones a barullo de fallas invitadas. Algunas comisiones harán su visita programada a los talleres de sus artistas por primera vez y a menos de un mes para salir a la calle, se darán cuenta que no tienen casi nada que avistar. Entonces podrán ocurrir dos cosas, que salten las alarmas, pongan el grito en el cielo y lo que venga, o que sea el artista el que llame la atención de sus miserias y reclame los plazos convenidos y no consumados. Conozco un caso de tener la falla terminada y almacenada, y no quererla enseñar para
activar el detonador de lo adeudado.
Pese a las mermas en los censos, morosos, colaboradores y falleros de honor ful, las fallas seguirán su curso quitando de aquí y poniendo de allá, pero saliendo a tomar el sol contando sus horas hasta que la mecha nos separe.
Grande la fiesta y grandes los falleros, comisiones que estuvieron al borde del abismo y resurgieron hasta con mas brío, en la ciudad no caben más y en algunas poblaciones como Bétera, Turis y Lliria han aumentado su número -que uno sepa-, tal vez en ciudades como Torrent, Sagunto, Gandía, Burriana, Alzira o Dénia, verdaderas potencias en el fallerismo fundamental, hayan aumentado empadronamiento.
Para otros febrerillo se les hará largo pensando en que ya están ahí, que el día 1 se estrenará el bombardero Peñarroja de la Vall d’Uxó como todos los años y así hasta el último con los Caballer.
Y pese a que los bultos en la calle estarán embalados, tumbados y sin emplazar, seguirán todavía más acentuadas las opiniones, sin saber nada de figuras, escenografías, contenidos y composiciones.
Me recuerdan aquellos boletines de “Falla Crítica”, puestos a la venta a precio de oro, algunos de cuyos colaboradores a los que nunca se les vio pisar los fangos de los talleres, habilitados de oído, cuyas sentencias apestaban más a sus tendencias que a la justa realidad de lo que juzgaban.
No pasará nada, es periodo de ilusiones, siempre habrá una copa para celebrar las alegrías o mitigar las penas según donde caiga el globo, pero lo único cierto es que “a espentes i redolóns” la fiesta seguirá viva, ya se ha hecho público el programa oficial de festejos, ya está en marcha la Exposición del Ninot, ya se ha disparado la primera mascletà, ya se repartieron los “diplomas de doctorado” a los alumnos instruidos para peritos en fallas, otra cosa serán las sufridas consecuencias.