Uno se pregunta con qué criterios actúan estas personas, algunas de las cuales confesaron a quien suscribe no tener ni idea de normas, parámetros o preferencias para ejercer tan delicados menesteres.
Nadie les había aleccionado o adelantado la más mínima indicación, para salir con ideas claras y aplicarlas en sus decisiones electoralistas, quedando todo a merced de sus vagos conocimientos.
Es evidente que los criterios de un jurado "hombril" deben ser divergentes de los del sexo contrario en numerosos matices, situación que he podido contrastar al haber coincidido como jurado de preselecciones en diversas ocasiones, mezclado con mujeres, ellas siempre en mayoría.
Este año han sido en número superior también mujeres, tres de cinco por cada grupo que, independientemente de los resultados en los que nunca entraré, habrán hecho valer sus criterios, quedando las opiniones "hombriles" para mejor ocasión.
Tampoco es cuestión de entrar en los problemas que luego se derivan de errores previos, de los que los del séquito de Junta saben y cuentan por experiencias directas.
Todo viene ligado de los barullos y consecuencias de las preselecciones por sectores, donde los presidentes no ceden protagonismo y donde algunos se prestan a los ya conocidos enjuagues por beneficiar a sus propias candidatas.
Por poner un ejemplo reciente, mencionar a la candidata elegida del sector Canyamelar-El Grau-Nazaret, que este año se retiró el día siguiente de desfilar plácidamente en la Batalla de Flores, por "problemas personales", dejando a la suplente de su sector a pie y sospechosamente a cosa hecha.
No me cansaré de repetir que el actual sistema de elecciones pudo ser bueno en sus principios, pero que después de 28 años y los consecuentes cambios que la sociedad y el colectivo fallero hemos experimentado en ese tiempo, ha quedado obsoleto, manido y presto para los manejos de los avispados del lugar.
En tiempo y hora de redactar este artículo todavía no son públicos los jurados de la última remesa, esta vez votados en la asamblea del día primero de octubre. A juzgar por las proporciones lógicas del censo entre presidentes y miembros de Junta, incluidas agrupaciones, volveremos a reeditar los mismos acontecimientos. Se repetirán las suspicacias sobre un jurado "hombril" y condicionado por el tamiz de sus anteriores respecto de las aportadas por los sectores. Lo que nadie está dispuesto es a cambiar, ante la evidencia de que cada vez existe más interés por meterse en la refriega.

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