El hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia volvía a acoger el jueves 22 de octubre una de las citas por excelencia del mundo de las Fallas. Toda la ciudad dirigía su mirada al consistorio, lugar en el que se recibía con todos los honores a Sofía Soler Casas y Alicia Moreno Morales, que apenas 24 horas antes había recibido una llamada telefónica, ésa que es capaz de cambiar la vida a dos falleras en cuestión de segundos.

Las escaleras del edificio fueron parte, de nuevo, del protocolo en una tarde de elegancia y tradición, con momentos definidos para aquellas que fueron reinas y aquellas que ya lo son por pleno derecho.

Las Falleras Mayores de Valencia de 2015, Estefanía López y María Donderis, asistieron a este evento, que rubrica un ciclo, el que ellas mismas iniciaron, hacía un año, en ese mismo lugar. También, como es norma, la Reina de las Fiestas de la Magdalena de Castelló, Carolina Tárrega, y la Bellea del Foc de Alacant, Carmen Caballero Serra,estuvieron presentes para acompañar a Alicia y Sofía.

Las Cortes de Honor y las Falleras Mayores de Valencia de 2016 realizaron su ascenso por la escalera del Ayuntamiento entre aplausos. Sofía y Alicia fueron, en ese momento, recibidas por el primer edil, que instantes después, y previa lectura de la fórmula tradicional de proclamación, las recibía en un hemiciclo repleto.

En su discurso, Ribó dijo a las nuevas Falleras Mayores que representan “la fiesta más relevante de la ciudad de Valencia, que es más que una fiesta, porque, para una gran mayoría de nuestros conciudadanos, sean falleros o no, las Fallas representan una parte muy importante de sus vidas”, les dijo el alcalde en este arranque del calendario fallero “pleno de actos y experiencias que nos remiten en otros momentos de nuestra vida que hemos compartido con familiares o amigos en cualquier calle o plaza, que convertimos así en un espacio colectivo que se extiende por toda nuestra ciudad. Pero también en la intimidad del casal, punto de encuentro cotidiano y territorio de los afectos, que nos aporta rescoldo en una sociedad demasiada vueltas fría e inhóspita. Y es que las Fallas son, como decía el poeta, “el gozo de la palabra y todos sentados  a la misma mesa”.

Joan Ribó calificó las fiestas falleras como “celebración de la comunidad y de la propia identidad. Elemento de cohesión y de integración. Por esa razón os decía al comienzo que la figura de las falleras mayores trasciende el ámbito fallero y se convierte también en uno de los símbolos de nuestra ciudad y de sus fiestas mayores”, antes de destacar la “gran capacidad integradora, simbólica y de cohesión social” de las Fallas, su condición de “expresión de una rica creatividad. La más importante, sin duda, la de los artistas que con su obra crean un vehículo de expresión popular, la falla, que es el eje de la fiesta y que da pie a la reflexión individual y colectiva, y al  que, sin duda, constituye el mayor festival de arte en el espacio público”.

De gratitud, reconocimiento y “recuerdo permanente” fueron las palabras del alcalde dirigidas a las Falleras  Mayores de 2015, Estefanía López Montesinos y María DonderisSanchis, “un claro espejo donde miraros, que han ejercido su reinado magistralmente, con alegría y responsabilidad, siempre acompañadas de sus cortes de honor”.

En la parte final de su intervención, Joan Ribó les dijo a las Falleras Mayores de Valencia que “esta corporación que presido estará siempre a vuestro lado, compartiendo esas experiencias, brindándoos el afecto y el apoyo necesarios porque llevéis a cabo vuestra misión de la mejor manera. Estoy convencido de que cuando acabe vuestro reinado habremos aprendido a ver y vivir la fiesta a través de vuestros ojos, de vuestra mirada de joven y de niña”.

La interpretación del himno abrió el paréntesis hasta la recepción en el Salón de Cristal, donde se realzó la entrega de los “alfabeguers” realizados por el artesano Xavier Claur así como las primeras fotos oficiales de un reinado que comenzaba en ese momento.