Valencia vivió un año más la festividad de la Virgen de los Desamparados, y las Fallas, de nuevo, volvieron a estar acompañando a la “Geperudeta” en los actos más importantes de la fiesta de la Patrona, destacando la participación del colectivo fallero en la procesión vespertina.

La inestabilidad atmosférica reinante durante la jornada no amilanó a los valencianos, que salieron a las calles para acompañar a la Virgen en su recorrido por las calles del centro histórico de la ciudad.

A las 18:30 horas salía la comitiva desde la plaza de la Virgen, encabezada por la cruz catedralicia. Tras ella, las comisiones del censo fallero, representadas por sus falleras mayores y presidentes, que acompañaban un año más a la Mare dels Valencians. El seguido de comisiones se cerraba con la participación de la Junta Central Fallera, y con ella, las Falleras Mayores de Valencia, Sofía Soler y Alicia Moreno, acompañadas por sus Cortes de Honor.

La lluvia comenzaba a empapar las calles y la procesión continuaba saliendo de la Catedral, a la espera de ver aparecer por la puerta de los Apóstoles de la seo valenciana la imagen de la Mare de Déu dels Desamparats. El agua comenzaba a dejarse notar, y afectaba al transcurrir de la procesión, obligando a no salir a la Banda Municipal de Valencia.

Después de un ligero parón, y con el anuncio para el público al ver aparecer en la plaza a la Escolanía de la Virgen, los aplausos y las salvas avisaban a Valencia que la Patrona aparecía en su plaza, custodiada por concejales del PSPV-PSOE, Ciudadanos y PP, que llevaron el anda hasta el centro de la plaza para realizar la tradicional vuelta. Y es que como había sido anunciado, no hubo ni rastro de los componentes del equipo de gobierno pertenecientes a Compromís y Valéncia en Comú, incluyendo al alcalde de la ciudad, Joan Ribó, que no asistió a los actos de la Patrona. Sí que lo hizo Joan Calabuig, primer teniente de alcalde, que participó tanto en la procesión como en la Misa de Infantes.

La imagen procesional de la Virgen de los Desamparados, que cumple este año su 50 aniversario desde que fue tallada por el escultor Octavio Vicent, no sufrió desperfectos ni se vio afectada por la lluvia durante las celebraciones de ayer con motivo de su fiesta. La imagen llevó durante la tarde en la procesión general una protección de plástico, más discreta que la que llevó durante el Traslado, que dejó al descubierto su cabeza y protegió el manto que lució, el conocido como “Manto del Año Mariano Universal”, del año 1952, que por primera vez era utilizado tras su reciente restauración por el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. El manto fue un obsequio de los devotos valencianos en 1952 a la patrona con motivo del Año Mariano que se celebró dos años después.

La imagen recorrió las calles recibiendo la acostumbrada lluvia de pétalos, sobre todo en diversos puntos del recorrido, como la calle Caballeros, Bolsería o Avellanas. Con su regreso a la Real Basílica concluía un domingo de festividad que, pese a la lluvia, resultó ser de nuevo el más bonito del año.