Un disparo correcto y compensado, que ayudaría a quitar el mal sabor de boca del día anterior.

El azul del cielo se entremezclaría con el azul del diseño de la pirotecnia Mediterráneo, que por segundo año acudían a la plaza con el firme compromiso de agradar.
El en balcón, sería el regidor Carlos Galiana, quien ejercería las funciones del Alcalde, ante la imposibilidad de este. Las Falleras Mayores y sus Cortes de Honor, como el resto del público, disfrutaron de algunas de las piezas musicales que sonaron en la plaza, tanto que le pilló de improviso el micrófono a la Fallera Mayor Infantil, provocando las posteriores risas cómplices de los presentes.
En la plaza, un disparo correcto y elegante que llegó a dibujar la señera por momentos, y que supo crear ese ritmo que tanto gusta, haciendo olvidar algún pequeño fallo en su final.
Antonio García pudo disfrutar del pasillo de gloria entre la multitud, guiado por el casco verde del Algarrobo, para saludar desde el balcón a un público entregado a su buen hacer.