Hoy no era un día más en Benicarló. Sus históricas murallas desaparecen por unas horas para que sus vecinos peregrinen a la Catedral de la pólvora. Así queda establecido en el programa de festejos, y por ello flotan diversos autobuses para que sus falleros tomen la plaza del Ayuntamiento del Cap i Casal. En Valencia, a 150 kilómetros, dispara uno de los suyos, y a un paisano, no se le deja solo.
Pirotecnia Tomás, de Benicarló. Nombre y apellido de mucho más que una pirotecnia. La comunión perfecta entre una empresa y sus vecinos.
Desde primera hora de la mañana, en las vallas situadas bajo el balcón consistorial, se agolpan los benicarlandos, quienes recibirán el cariño del equipo que capitanean Miguel Ángel Tomas Ortí, Juan Jaime Veré y José Antonio Gregorio en los momentos previos al disparo. Amigos y familiares que correrán henchidos de orgullo al término de la sinfonía de fuego para hacer el pasillo de gloria a sus paisanos.

En el balcón de las vanidades no quedaba sitio para nadie, de hecho, en un ejemplo de lo que nunca harían unos falleros con unas invitadas de honor, sucedería hoy, ya que se dejaron en la calle a las Damas de las Reinas de la Magdalena de Castellón, para que así cupiera, un día más, todo el ego político necesario en un balcón okupado.
Por suerte, las Reinas de la Magdalena 2022, Carmen Molina Ramos y Gal.la Calvo, si pudieron compartir el momento con Carmen Martín y Nerea López quien de forma coral dieron la orden un disparo contundente.
Quizás con excesiva contundencia desde su inicio que impediría disfrutar del in crescendo propio de una mascletá.