Las Fallas no sólo son fiesta, pólvora y tradición: son, sobre todo, familia. Son la unión de generaciones que se reúnen para compartir un sentimiento común, el orgullo de ser falleros y la emoción de mantener vivas nuestras raíces. Y de ello son defensores en Alan Indumentaria.

En cada casal, en cada ofrenda y en cada pasacalle, se respira la importancia de estar juntos, de transmitir las costumbres y de vivirlas con quienes más queremos. Ese espíritu lo representan con fuerza Paola Prat Herrero, fallera mayor de la falla Josep Antoni Purisima i Major de l’Eliana, y José Prat Herrero, hermanos que encarnan el orgullo de compartir las Fallas desde el vínculo más puro y duradero.

Ella luce un traje de fallera del siglo XIX en color Borgoña confeccionado en los talleres de Alan Indumentaria. El tejido es una seda estrecha de nombre Allegro con metal oro tejido en los telares de Vives y Marí y las manteletas son de Hijas de Carmen Esteve.

Él, por su parte, viste con la indumentaria tradicional masculina, y al igual que su hermana luce la seda estrecha Allegro en color Borgoña junto con un calzón de torrentí negro confeccionado en Alan Indumentaria. Juntos nos recuerdan que la fiesta cobra todavía más sentido cuando se comparte entre hermanos.

A su lado encontramos a su prima, Isabella Herrero Ordóñez, fallera mayor infantil de la falla Josep Antoni Purisima i Major de l’Eliana, que completa este retrato de unión familiar. Su traje también representa el modelo clásico fallero del siglo XIX. Se trata de una seda estrecha de nombre Sonrisa en color Azul Atlantis surgida de los telares de Vives y Marí, y manteletas en oro crudo de Hijas de Carmen Esteve. Ella representa esa complicidad única que nace entre primos y que, en el marco de las Fallas, se convierte en una celebración compartida de la herencia cultural valenciana.

«En Alan Indumentaria sabemos que vestir a una familia es mucho más que confeccionar un traje: es dar forma a un sueño. Nuestro compromiso es acompañar a cada generación en este camino, ayudando a que niños, jóvenes y mayores se sientan parte de la tradición con orgullo y autenticidad. Porque cada puntada, cada tejido y cada detalle es un homenaje al legado que las familias transmiten con tanto cariño», sostienen desde la firma.

«Las Fallas son unión, raíces y continuidad. Y vestir a quienes las viven con pasión es, para nosotros, un honor y una responsabilidad. Porque al final, las Fallas no serían lo mismo sin la familia, ni la familia se entendería igual sin las Fallas», concluyen.