El Ayuntamiento de Valencia fue de nuevo el punto en el que el colectivo fallero fijó su mirada. El motivo no era otro que la proclamación de las Falleras Mayores de Valencia 2022 y sus cortes de honor. De esta forma, la fiesta sigue su proceso de normalidad, todavía alterada en buena parte por la pandemia en muchos aspectos formales. Pero el fondo, el sentimiento, el reencuentro siguen estando ahí como parte imprescindible.

Con medidas de seguridad y aforo, los familiares de las protagonistas presenciando el acto desde el Salón de Cristal y mascarillas puestas en todo momento discurría un acto que volvió a llevar la emoción al mundo de las Fallas. Y la alegría se dejó notar en cada uno de los instantes que hacen de este acto emblemático.

Las Falleras Mayores de Valencia, Nerea López Maestre y Carmen Martín Carbonell, accedieron a la escalinata principal como manda la tradición, y fueron recibidas por el alcalde de la ciudad, acompañado por la secretaria general de la JCF. Y tras un pequeño paréntesis llegaría el momento de los honores y los discursos.

El alcalde Joan Ribó pronunciaba ese “nomene i proclame”, las palabras de mayor simbolismo de la tarde, previamente a anunciar la presencia en el hemiciclo de Nerea y Carla. En el caso de la Fallera Mayor Infantil los nervios jugarían una mala pasada y harían que su entrada en la sala fuera minutos después. Llegaría Nerea y los aplausos del mundo fallero resonarían, uniéndose a los ofrecidos durante el acceso de Carla al estrado.

La Fallera Mayor Infantil de Valencia tuvo palabras de agradecimiento para todas aquellas personas que la han acompañado en este viaje que concluía con su elección 24 horas antes. “Quién iba a decirme que después de dos años tan extraños y difíciles estaría hoy aquí haciendo el discurso de proclamación como Fallera Mayor Infantil de València. No puede haber más alegría dentro de mi corazón. Me siento como si me hubieran tocado con una varita mágica y después de la pesadilla de la covid todo estuviera volviendo a coger color. Estoy ilusionada y agradecida por ser yo este año la encargada de representar a los niños y niñas de Valencia, y de poder tener el privilegio de conocer más a fondo esta fiesta que tanto estimo y me apasiona”, dijo.

Carmen Martín, en su alocución, marcaba que sus palabras nacían de las trece compañeras de viaje, ella y su corte de honor. “Hoy nos sentimos afortunadas y agradecidas por empezar a vivir un año de sueño, posible gracias al incansable trabajo y esfuerzo de las diferentes administraciones y del colectivo fallero, que han hecho posible la celebración de las Fallas en septiembre. Unas Fallas que han demostrado que los falleros y las falleras estamos hechos de un material incombustible y eterno, capaces de levantarnos ante las adversidades y ser el espejo donde puedan reflejarse todas las fiestas culturales a escala nacional e internacional”.

Concluiría el discurso con un mensaje para el futuro inmediato: “tan solo me queda pediros que volváis a ilusionaros porque Valencia se merece un 2022 lleno de alegría, de sentimiento por nuestras Fallas, por nuestra cultura y tradición... Porque si hay un casal dónde entra todo el mundo, ese, son las Fallas”.

Por su parte, el alcalde afirmó que “el camino que nos ha permitido llegar hasta aquí no ha sido fácil. Han sido meses de preocupación para muchos sectores: los artistas falleros, los pirotécnicos, los indumentaristas, los músicos, así como otros muchos profesionales y artesanos que se han visto privados de poder compartir su arte, su trabajo, y que han tenido que afrontar pérdidas económicas importantes, con el añadido de la incertidumbre sobre la continuidad de su oficio. Esto nos ha hecho tomar conciencia que la fiesta es mucho más que la suma de cada una de sus partes. Esa es su riqueza”.

El primer edil tuvo un recuerdo para otras fiestas populares afectadas por la pandemia. “Todo ese tejido asociativo, con las Fallas al frente, contribuye de manera destacada a hacer de Valencia una ciudad más abierta, tolerando, inclusiva, integradora, solidaria”.

Ribó concluyó su alocución reflexionando sobre la fiesta y la situación vivida en estos dos años, la cual ha abierto “una oportunidad para repensar la fiesta fallera y abrir nuevas perspectivas”.

La interpretación de los himnos de la Comunidad Valencia y de España, así como la entrega de los célebres alfabeguers de Xavier Claur en el Salón de Cristal y las consabidas fotos de família pusieron el punto final a la jornada.