Carro vacío

julio2011Por segundo año, la encerrona con motivo del Bando de Fallas se consumó sin ningún recato. De nuevo convocarían a los agentes festivos, entidades vecinales, empresariales y de consumidores, así como concejalías, en un aquelarre denominado ‘Mesa de Diálogo Fallero’ donde lo más fallero que había era lo quemados que acabaron los representantes del colectivo fallero.

De nuevo una mesa conjunta. Una mesa a la que, con una indignidad sonrojante, se la denomina de diálogo. Una mesa a cuya conclusión faltó tiempo para que el órgano de propaganda del concejal titulara: ‘Consenso en la tercera Mesa de Diálogo Fallero’. Una mesa donde la inferioridad numérica de los falleros, de los que ponen el dinero para que algunos de los sentados hagan negocio sin poner ni uno, es tal, que, si hubieran querido aprovechar para colocarles a las fallas una tasa para subvencionar sus negocios, ya tendríamos en el geoportal del fallero mayor del reino, número de cuenta y la fecha límite de pago.

Si hacen memoria, en el balance de fallas realizado por esta publicación a finales del pasado marzo, los agentes festivos, los de verdad, coincidían en un mismo punto: el Bando de Fallas 2018 era poco más o menos que un desacato. Pues bien, la tercera mesa de monólogos para el Bando 2019 concluyó para los falleros con un resumen bastante diferente al indicado por la Delegación de Prensa y Propaganda del nuevo régimen. El perseguido presidente de la Interagrupación, aquel con el que nunca más se sentaría el concejal, dejaba su visión sobre el ‘acuerdo’ alcanzado: “Ay señor, señor, horas de sueño, de tiempo restado a tu familia, de ilusión y largas reuniones. ¿Para? Acuerdo, sí. ¿Satisfactorio para el colectivo fallero? No”.

Tampoco fue el único. El presidente de la Federación de Fallas de 1ªA aprovechaba la misma red social para resumir el ‘consenso’ alcanzado: “Tras una larga y compleja reunión, se ha llegado a un acuerdo NO satisfactorio para las entidades falleras. Hemos aprobado el mal menor. Lamentable la posición de algún colectivo empresarial que tanto recibe de la actividad fallera”.

Visto lo visto, y escuchado lo escuchado, sus declaraciones serían de lo más prudentes. En los mentideros se escucharon peores, mostrando posiblemente la verdad de cada uno. Demasiado hacen los falleros con acudir por obligación de su cargo a una encerrona donde llegarían a sentirse vejados e insultados. Donde, por hablar claro, ya que yo no tengo obligación alguna de mantener la compostura que a un cargo se le exige, a los falleros nos trataron como a una verdadera… caguerà de bou.

Estos son nuestros convecinos, los que hacen caja a costa del trabajo del fallero. Empresarios de postín que correrán raudos para salir en la foto con la Fallera Mayor de turno, mientras lucen su Armani o nos perfuman con su Chanel. Este es el compromiso de nuestros políticos. Los mismos que les invitarán al balcón, y ante las cámaras, en el colmo de cinismo, se apuntarán con ellos al #VolemFalla, mientras al alimón estrangulan cualquier posibilidad de que los falleros generen ingresos en pro de su Patrimonio. Esto es la política. Falsa como foto en Salón de Cristal copita de cava en mano.

Porque no nos olvidemos, como bien escribía hace unos años Josep Lluis Marín, el más cercano colaborador de Fuset en la actualidad, jefe de sección de su concejalía: “El regidor de Festes (per molt president de la JCF o JLF que siga) no és el representant dels fallers. Ni té perquè ser-ho. És un càrrec polític”.

alejandro01Poco a poco, sin darnos cuenta, 2018 lo dejamos atrás. No ha sido un año muy especial para nuestra fiesta, donde se ha avanzado poco y quizá la desidia del colectivo fallero ha sido la protagonista, a la espera de lo que pueda pasar el próximo año. Un año electoral, donde el colectivo fallero está pendiente de lo que las urnas puedan deparar y lo que a la fiesta pueda afectar. Eso se nota, y mucho, en la actividad de los diferentes partidos políticos que optan o quieren optar a regir la fiesta. Reuniones, debates, jornadas… Un sinfín de actuaciones para tantear al colectivo y, por qué no decirlo, intentar captar votos. Y es que no hay que olvidar que nuestro colectivo asociativo y social es el más importante de la ciudad, tanto por el número de integrantes como por la repercusión del mismo en la ciudad.

Todos los agentes de la ciudad mueven ficha y aprovechan las circunstancias para conseguir o intentar conseguir sus objetivos. Durante este mes se ha hablado mucho del bando fallero. Por una parte se ha querido vender un gran acuerdo, un pacto en el que todas las partes están a favor en la gestión de sus intereses en la semana fallera. Un acuerdo que, a nivel general, todo el mundo ve factible, pero cuando preguntas a título particular nadie está contento. A priori, no se puede entender que se firme un acuerdo si no lo compartes, pero lo que es evidente es que para llegar a un consenso todas las partes deben ceder. Finalmente la parte fallera es la que más ha cedido, quizá, como comentaba, por desidia, por no sentirse arropada, o porque el mal pudiera ser mayor, pero la realidad es que los agentes falleros muy satisfechos no salieron de la “mesa de diàleg”.

Mientras tanto la vida sigue. La actividad, intensa en estos días, sigue. A destacar, como siempre en estas fechas, la presentación de los diferentes proyectos de falla que veremos plantadas en nuestras plazas el próximo mes de marzo. Unos proyectos, unas fallas, que prometen y mucho, donde se ve reflejado el esfuerzo tanto de artistas como de las comisiones falleras. Y aquí, me van a permitir la pequeña licencia, salir del Cap i Casal, y pararme en la población de Manises, en concreto en la falla Manises y la presentación de proyectos que realizó, donde congregó a más de 500 personas llenando el Auditorio Germaníes de la población. Han conseguido en dos años involucrar no sólo a la comisión, sino también a las fallas colindantes, vecinas y vecinos, a saber de la importancia y de lo que verdaderamente es lo importante en nuestra fiesta. No han dudado en ningún momento en centrar sus esfuerzos en un acto y realizar una presentación como verdaderamente se merecen nuestros artistas, realizando una campaña de notoriedad espectacular durante semanas y presentando a los mismos como lo que son verdaderamente en una gala como si de los Goya, Grammy o Emmy se tratara. ¡Mi más sincera enhorabuena!